Editorial


Al fin ordenarán las playas

EL UNIVERSAL

25 de marzo de 2017 12:00 AM

Al fin parece que habrá orden en las playas de Cartagena, según anunció la ministra de Comercio, Industria y Turismo (Mincit), María Claudia Lacouture, cuya entidad y la alcaldía de Cartagena a partir del 1° de abril ordenarán y reglamentarán las playas, combatirán la informalidad en el sector turístico, verificarán que se cumplan las normas, y regularán precios promedios para los servicios turísticos.

Los compromisos de la alcaldía son expedir un decreto para regular los servicios públicos del sector y de los empresarios privados. La ministra Lacouture le dijo a El Universal que “Hay que restablecer la autoridad y hacer cumplir las normas de playas establecidas por ley. La ley hay que cumplirla”.

El ministerio se comprometió a hacer controles mensuales de lo acordado y aseguró que quien ‘lo haga mal’ la pasará mal porque validarán “la información correcta, que los prestadores de servicios turísticos tengan Registro Nacional de Turismo (RNT), la fecha límite es el 31 de marzo para la renovación. Se acabó el desorden, ese es el fin.”

Ojalá que sea así, y que no se quede en palabras, aunque esta ministra ha dado motivos para creerle. Los dientes de las brigadas con que el ministerio controlará en el terreno los pondrán “la SIC, la Policía Nacional, la Policía Fiscal y Aduanera y diferentes entidades de Gobierno”.

Estas entidades parecen ser las precisas, ya que la mayoría de los vendedores informales de las playas y de todas partes son explotados por grandes financistas tras bambalinas, y determinar su identidad y el origen de la mercancía será clave para controlar buena parte de la informalidad de las playas y de las calles de la ciudad.

Además de hacer cumplir las normas en las playas, urge hacer lo mismo para que se respeten las áreas de bañistas por los operadores de gusanos, lanchas y jet skis, que ahora se las pasan por el forro, además de cometer serios abusos, incluida la violencia física, contra algunos de sus clientes, como vimos hace unos meses en Playa Blanca y en Cholón. 

También hay que hacer respetar las boyas que se usan para demarcar las áreas de playas, lo que implica controlar en serio a estos operadores, que cortan las líneas para operar donde se les antoje, con o sin bañistas; y concertar con los pescadores, que también las quitan porque les estorban cuando tiran y recogen sus trasmallos.

El parqueo en las playas, especialmente en las inmediaciones de Blas el Teso y de otras del norte, es también una reglamentación siempre burlada y por lo mismo, es letra muerta.

Para que los controles mensuales del Mincit funcionen, son indispensables los que debe hacer el Distrito todos los días, incluyendo controlar la ola de atracos por motorizados que hay en muchas partes, como la denunciada en la avenida Santander frente a las playas de  Marbella.
Ya era hora de ordenar las playas y confiamos que esta vez sí se logre hacer. 

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