Editorial


Bahía con Dique, ¿hasta cuándo?

EDITORIAL

21 de mayo de 2016 12:00 AM

Que el río Magdalena comience a tener corriente es una gran noticia por muchas razones, incluida la provisión de agua cruda para potabilizar en muchos lugares y la mejor navegabilidad de esa arteria fluvial, pero es pésima para la salud ambiental y visual de las bahías de Cartagena y de Barbacoas, y de las aguas del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo.

Otra buena noticia es que ya está listo el diseño definitivo, Fase 3, del proyecto de restauración de los ecosistemas degradados por el río Magdalena a través de su brazo artificial, el canal del Dique. En idioma simple quiere decir que ya están diseñadas las dos esclusas, la de Calamar y la de Puerto Badel, y también las obras complementarias para manejar el agua que llenará los cuerpos de agua aledaños al canal.

Pero la mala noticia de esta buena noticia de arriba es que no hay financiación definida aún para estas obras, a pesar de que el Fondo Adaptación de la época de la doctora Carmen Arévalo, y antes de ella, de la Dra. Cecilia Álvarez Correa, sí la dejó definida y con seguridad aún existen las actas al respecto. Pero el Fondo Adaptación de Germán Arce, hoy ministro de Minas y Energía, o no encontró las actas o las hizo irrelevantes, y el dinero que todos creíamos que había para las obras grandes del Dique dejaron de existir y ahora solo alcanzan para algunas de las obras de protección de los pueblos ribereños del canal, obras marginales que serán irrelevantes apenas se hagan las esclusas.

Sin duda dimos un gran paso con los diseños Fase 3, pero a la vez hay muchos francotiradores que lanzan la piedra y esconden la mano para que estas obras no se hagan, o para que se demoren todo lo que se pueda. Y algunos son poderosos aunque se hagan los tontos.

Pero ahora que se habla tanto de derechos humanos y que los jueces legislan con sus decisiones, bien podría emprenderse alguna acción legal para garantizarles a los cartageneros y comunidades aledañas a estos cuerpos de agua su derecho legítimo e inalienable a tener impecables las bahías de Barbacoas y Cartagena, al igual que los archipiélagos del Rosario y San Bernardo, cuyo buen estado ambiental determina en buena parte la salubridad de sus habitantes ribereños, y también de quienes viviendo más lejos de sus orillas, comen peces sacados de allí. Expertos juristas debe haber capaces de sacar un conejo de estos de su cubilete. Ojalá.

Mientras tanto, los bolivarenses y cartageneros no pueden dormirse un segundo ni espabilar con respecto al canal del Dique o nunca se harán las obras importantes. El gobernador de Bolívar, el alcalde de Cartagena, y la bancada bolivarense en el Congreso, aliada con la del resto de la costa Caribe, y con la ayuda del sector privado regional, deben emprender una campaña intensa e incansable para conseguir la financiación para las esclusas del Dique, o nos pasará lo del camarón que se durmió en la corriente.

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