Editorial


Barú, a punto de romperse en dos

Durante varios años la atención del Distrito, de los habitantes de Barú y de los propietarios de residencias alternas allí estaba puesta en lograr que se consiguiera la licencia ambiental para poder hacer la vía hasta el pueblo del mismo nombre de la isla, frenada por el paso de Playetas, dada su fragilidad ecológica. Esta licencia, sin embargo, era negada repetidamente por la autoridad ambiental nacional.

Después de mucha espera, fue otorgada hace más o menos un año, y de entonces a hoy, probablemente por la interinidad en la Alcaldía de Cartagena, no ha sido asignada la partida para construir un pedraplén de unos 1.400 metros de longitud, con cinco box culverts para dejar pasar el agua de un lado a otro y sobre todo para dejarle paso a cierta fauna en ciertas épocas del año, como a las tortugas para que puedan desovar.

En este sector el mar, aupado por el creciente nivel medio del mar, erosionó muchos metros cuadrados de playa y los postes eléctricos que antes estaban en tierra firme ahora están en el agua.

En estos días de mareas altas y de grandes aguaceros que desnudaron todas las debilidades de la ciudad y sus barrios ante el cambio climático, incluidos los de estratos altos como Manga y Bocagrande, la gran fragilidad de Playetas nuevamente queda a la vista al pasar el agua del Mar Caribe a la bahía de Barbacoas vía las ciénagas interpuestas.

Hasta ahora la tenue linea costera de Playetas no ha sido cortada en dos por la marea alta y el oleaje violento del mar de leva de estos días, pero en cualquier momento podría pasar, especialmente cuando muchas de las personas que van de ida y vuelta al pueblo de Barú echan mano de machetes y hachas para talar el manglar buscando pasar sus vehículos, y de paso aceleran la destrucción de la cobertura vegetal que hasta ahora ha cuidado esa playa ya convertida en una leve tira de arena.

Sin los manglares vivos y la protección de su raigambre sobre la arena y los fondos llanos aledaños, la rotura de la isla será asunto de poco tiempo de no construirse inmediatamente el pedraplén.

Sabemos que la administración distrital tiene muchas urgencias que atender, pero esta es una que debería ser priorizada y toda la comunidad debería ayudar a que se logre financiar antes de que el daño sea tan grande que no haya ningún presupuesto que alcance para subsanarlo. Los gremios también deberían unirse a esta causa tan apremiante antes de que sea demasiado tarde.

 


 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS