Editorial


Basuras, asunto de vida o muerte

Aunque la campaña es muy meritoria, mientras más basuras recoja mayor es el problema cultural del país porque estas no llegan a los ríos, mares y campos sola, sino que es tirada allí por personas (...)

Ayer el Gobierno anunció una nueva versión de la campaña ‘Colombia limpia’, iniciada en 2015, a cargo del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (Mincit), cuya versión 2017 se hará mañana 10 de noviembre y en la que participarán 15 destinos turísticos colombianos: Bogotá, Cartagena, Barranquilla, Medellín, Cali, Necoclí, Arboletes, Turbo, Acandí, Unguía, Sibundoy, Puerto Carreño, Dibulla, Puerto Colombia y Tubará. Las alcaldías de estas ciudades, con la coordinación del Mincit, “trabajarán ese día para crear conciencia en los turistas sobre la importancia de cuidar el medio ambiente”, dice el comunicado, anunciando también que “(...) incluye la entrega de bolsas, manillas y frases alusivas a la protección del ambiente y al manejo adecuado de las basuras” y también agrega que los actos en todas las ciudades las harán las empresas de aseo municipal y de servicios públicos y las entidades de turismo y ambiente.

Están muy bien las recomendaciones del Mincit a los distintos actores: los turistas no deben arrojar basuras, sino llevarla consigo; los prestadores de servicios turísticos deben ‘generar y difundir’ buenas prácticas con respecto a manejar las basuras, incluyendo indicar dónde botarlas; y los ciudadanos comunes y corrientes deben usar bien el agua, separar y depositar las basuras en los sitios apropiados, y compartir y promover ‘prácticas amigables con el medio ambiente’.

En verdad todas estas recomendaciones las debería seguir cada ciudadano, sea o no turista, y se las debería enseñar a sus hijos, aunque la tendencia es al revés: los niños hoy, más conscientes de los problemas ambientales, les enseñen más a sus padres, muchos de los cuales ya tienen mañas lamentables con respecto a manejar no solo las basuras, sino el medio ambiente. Esto, sin embargo, es una tendencia y no una regla general, como debería ser.

El comunicado de la campaña ‘Colombia limpia’ asegura que tiene algunos logros, como haber llegado a 22 departamentos, sensibilizado a 138 mil personas, recoger y disponer de 131 toneladas de basuras en dos años y 63 jornadas de aseo.

Aunque la campaña es muy meritoria, mientras más basuras recoja mayor es el problema cultural del país porque estas no llegan a los ríos, mares y campos solas, sino que son tiradas allí por personas a pesar de esta y todas las campañas que se hagan. Ver los canales de desagües pluviales y cuerpos de agua de Cartagena permite entender la magnitud del problema y la falta general de conciencia. El remedio tiene que ser un esfuerzo educativo gigantesco con estímulos positivos, pero también con sanciones drásticas para quienes ensucien su entorno. No es un capricho para mejorar el turismo, sino un asunto de vida o muerte.

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