Editorial


Basuras en los caños

EL UNIVERSAL

15 de noviembre de 2016 12:00 AM

El Instituto de Meteorología, Hidrología y Estudios Ambientales (Ideam) dijo que la temporada de lluvias se extendería en el país hasta mediados de diciembre. Ante ese anuncio, entonces,  se hace necesario que los barrios más vulnerables de Cartagena se protejan contra las inundaciones, producto generalmente del desbordamiento de los caños y canales cercanos.

La mayoría de los canales están sucios y llenos de basura que arroja la misma comunidad que sigue sin tomar conciencia de la importancia de cumplir con los horarios y días establecidos por los consorcios de aseo para recoger los desechos.

La Alcaldía ha realizado campañas con la participación de los habitantes, pero muchos de estos vuelven a arrojar sobre los cuerpos de agua colchones, camas, muebles o electrodomésticos dañados, sin pensar en el riesgo a que se exponen ellos y todo el vecindario.

En numerosas ocasiones los consorcios de aseo han prevenido a la comunidad sobre estas prácticas pero todo ha sido en vano. Los camiones recolectores de basura tienen días específicos para pasar en cada sector de la ciudad, pero la gente se ha acostumbrado a sacar sus desperdicios a cualquier hora y día,  y como los ven acumulados, los arrojan sobre los caños.

Muchos habitantes de la ciudad han sufrido los efectos devastadores de las inundaciones que son previsibles y ni siquiera así toman consciencia de esta nefasta costumbre.

Va siendo hora de que las autoridades asuman el control ambiental de Cartagena y castiguen de manera drástica a quienes han optado por tomar estos canales como basureros. Cada año por la época de lluvias se repite el mismo problema y la solución es simplemente ejercer la autoridad.

Los habitantes de estos sitios experimentan molestias y perjuicios irreparables cada vez que llueve y despotrican contra el Distrito, cuando en realidad los únicos culpables son ellos por obra o por omisión.

Es necesario que los moradores de estos barrios vulnerables contribuyan a proteger los caños y canales  que fueron levantados para disponer de las aguas lluvias, y Cartagena, como ciudad costera, está más expuesta a inundarse con cada aguacero.

Los 155 caños y canales más proclives a desbordarse cuando hay lluvia  deben ser vigilados y protegidos adecuadamente y no hay mejor manera que con el concurso de las comunidades aledañas. Al fin y al cabo son los directos damnificados de cualquier situación irregular.

Muchos vecinos de Cartagena no han tomado conciencia del daño que se hacen a sí mismos cada vez que arrojan los desperdicios a los canales, y el daño que le han al ambiente, que está inerme contra las lluvias. Las autoridades tampoco parecer sopesar el perjuicio que se ocasiona a la ciudad por no actuar como deberían hacerlo.

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