El problema del gas para la industria en Colombia es muy difícil de entender para quienes no están en ese sector. La terminología es a veces ininteligible, incluidas algunas fórmulas para ayudar a determinar el precio para los distintos compradores.
Hay escasez de gas porque al no haber llovido por El Niño, las hidroeléctricas prefieren a sus clientes de largo plazo, a quienes les tienen que cumplir con suministrarles la energía contratada y comienzan a cuidar el agua de sus embalses y evitar así incumplir y ser demandados. En estas circunstancias de escasez, el precio de la energía de las hidroeléctricas no solo sube, sino que estas generadoras no alcanzan a cubrir la demanda y el país tiene que encender las termoeléctricas, que también producen energía eléctrica, pero en vez de hacerlo con agua caída del cielo, lo hacen con combustibles de origen fósil, bien sea gas -el más barato- o diesel, mucho más caro, y ambos mucho más costosos que el agua. Y el gas, casi un monopolio, tiene apenas dos productores en el país.
Las industrias también consumen gas porque parte de su energía la generan ellas mismas, o en esta región, se la compran a comercializadoras como Gases del Caribe o Surtigas.
Pero al final el precio del gas es político, como lo dijimos en nuestro editorial conjunto El Heraldo y El Universal el domingo pasado. El gas de La Guajira va a Bogotá pero el tubo es de una sola vía, de aquí para allá, y no hay cómo traer de vuelta el gas más barato de Cusiana. El interior es privilegiado, pero el Caribe no, porque así lo decide el poder central. Y porque el Caribe se lo permite.
El minsitro de Minas y Energía, Tomás González, hizo lo que pudo en una reunión en Barranquilla el lunes pasado, incluyendo modificar la fórmula de la Creg y asegurar gas para el Caribe hasta que pase El Niño. Pero por la naturaleza de sus contratos, que son a largo plazo, y por otros motivos, las industrias del Atlántico y del resto del país pagarán el gas mucho más barato que las de Bolívar, con contratos a corto plazo. Según dijo la Andi ayer, Bolívar pagará su gas industrial 65% más caro que el resto del país, una posición insostenible.
La Andi advirtió que aquí se acabarían los programas del gobierno nacional para aumentar la capacidad exportadora de la industria; que la industria de Bolívar contribuye 7% al PIB nacional; que Cartagena y Bolívar generan 50 mil empleos directos que se afectarían (léase desempleo); que la inversión nacional y extranjera se reducirá en Bolívar; y que los tributos nacionales y regionales disminuirían (30% del ICA recaudado en Cartagena viene de Mamonal).
¿Quién puede arreglar esta lesión enorme para Bolívar, es decir, congelar el precio del gas? Obviamente no es el Minminas ni el mercado, en el que cada cual defiende sus intereses, aunque para Bolívar sean inicuos. Los industriales locales lo tienen claro. Un problema político lo arregla solo el jefe político del país, el presidente Santos, y confiamos en que lo hará muy pronto, antes de que todo empeore.
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