Editorial


Bolívar y el cese al fuego

EDITORIAL

24 de junio de 2016 12:00 AM

La firma del cese al fuego definitivo entre el gobierno de Colombia y las Farc ayer en La Habana es un paso importantísimo en el camino hacia la paz con esa guerrilla, y debe aminorar mucho la inseguridad en el país, pero como hemos dicho aquí antes, no es la panacea ni el fin de la violencia.

La comunidad académica de Eafit, por ejemplo, opinó ayer acerca del cese al fuego. El decano de la escuela de humanidades, Jorge Giraldo Ramírez, recalcó que “Esta sería la décima desmovilización en Colombia en los últimos 25 años”, y recomendó mesura ante los anuncios hechos por los negociadores. Todo parece ir bien, pero no hay garantías de que seguirá así.

Giraldo sabe de qué habla, pues está entre las personas consultadas desde La Habana a través del proceso de paz y fue muy sensato al decir que “Es un paso positivo, es una oportunidad para el país, pero no es la receta milagrosa”. Giraldo enfatizó también en que se debe tener “seriedad” en las noticias que se transmitan.
No se puede subestimar el logro de haber acabado el tiroteo entre las Farc y el gobierno de Colombia, pero visto desde Bolívar tendríamos que citar a Timochenko cuando dijo que para alcanzar la paz definitiva aún “falta mucho pelo para la moña”.

En nuestro departamento quiere decir que los espacios que dejen las Farc, que ya operaban desde el sur de Bolívar, pero que intentaban volver a los Montes de María, los tratarán de copar los guerrilleros del Eln y quizá los del Epl, además de las ubicuas y nocivas bacrim. El Estado no puede entonces relajarse porque se perdería todo lo ganado en esta zona neurálgica de Bolívar y del país.

Giraldo coincidió con la opinión expresada aquí hace poco al afirmar que “varios investigadores han coincidido en que (...) es necesario mantener la inversión en ese campo de la seguridad nacional”. No hay que precipitarse a hablar de achicar las fuerzas armadas ni de idealizar lo ocurrido con las Farc porque la tarea militar sigue siendo ardua.

Gustavo Duncan, también académico e investigador de Eafit, dijo que Colombia, a diferencia de los países que hicieron la paz en Centroamérica y disolvieron sus fuerzas armadas y hubo gran violencia, “está preparada para la criminalidad organizada”. Y reiteramos nosotros que esa preparación debe continuar, robusteciendo las fuerzas armadas para que puedan copar cada rincón del país y no dar ninguna oportunidad a las distintas formas de delincuencia.

Falta ahora saber qué es todo lo acordado con las Farc, y cuál y cómo es ese pelo -o peluca- que también le hace falta a la moña de la información que nos han dado.

El gobierno debe informarlo cuanto antes para no dar la impresión de querer hacerlo justo antes refrendar los acuerdos, evitando así que haya tiempo para analizarlos bien. La paz con las Farc requiere transparencia. 

 


 

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