Editorial


Cascos seguros y cerebros sensatos

El Ministerio de Transporte prepara un decreto que obligará a los motociclistas a usar cascos de una calidad muy superior a la de hoy. Estos artículos se pueden comprar desde los 20 mil pesos y se estima que los reglamentarios que proponen las autoridades costarán 180 mil pesos en promedio. Deben cumplir con los estándares de calidad que exigirá el Gobierno para proteger mejor a sus usuarios, ya que 33% de las muertes en motos ocurren por traumas craneoencefálicos, es decir, golpes en la cabeza. En el primer semestre de 2017 en el país murieron más de 4 mil personas, y 1718 de ellas eran motociclistas. En Cartagena y en Bolívar más de la mitad de los accidentes en calles y carreteras involucra a un motociclista, con mayores probabilidades en Cartagena, donde 57% de los vehículos son motocicletas.

Es entonces muy importante, o mejor, indiscutible, que la protección para la cabeza sea la mejor posible para cuidar la vida de los conductores de motos y la de sus parrilleros, pero sobre todo, hay que aumentar el sentido de responsabilidad de los motociclistas, cosa que los cascos nuevos no podrán hacer.

Se necesitan en primer lugar más agentes de tránsito en la calle porque los pocos que hay no alcanzan a cubrir la ciudad. Ya es cada día más común ver motociclistas sin casco, por ejemplo en el Corredor de Carga y en muchas otras partes de la ciudad, y también a sus pasajeros, quienes a veces lo llevan colgado del brazo.

Y hay lugares como Turbaco donde la norma del nuevo casco será solo un chiste porque los motociclistas hoy no usan este artefacto tan importante y si acaso, se ponen una gorra, así que a menos que alguien los meta en cintura nada bueno podrá esperarse sino lo contrario, más accidentes. Y además, suelen montarle hasta tres personas a una moto, a veces con un niño de ñapa sobre el tanque de la gasolina, como también pasa en algunos barrios periféricos de Cartagena.

Se ha hablado mucho de hacer campañas pedagógicas para mejorar el comportamiento de los motociclistas y también el DATT anunció haber puesto 962 comparendos en lo que va del año por no usar casco, por andar sin espejos o luces direccionales. Todo lo anterior se necesita, pero andar sin espejos, o doblarlos hacia adentro para poder zigzaguear entre el tráfico con más soltura es una invitación a la tragedia, ya que no usarlos aumenta la posibilidad de invadir el carril vecino sin ver un vehículo que viene.

Celebramos entonces la implementación de los cascos nuevos, pero como no van a incluir cerebros más sensatos para ocuparlos, se deberían multiplicar los programas de pedagogía y control.

 


 

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