La semana pasada los habitantes de Calamar, Bolívar, salieron a las calles para exigir que capturen a los presuntos responsables de abusar sexualmente de tres adolescentes.
La indignación se tomó cada rincón de esa población pues los aberrantes casos que se habrían presentado en menos de 10 días, hasta ahora no tienen culpables. La comunidad marchó para pedir justicia.
Según las denuncias que se tienen, el primer caso de abuso ocurrió cuando una niña, al terminar la jornada escolar, fue llevada por un grupo de estudiantes a una zona enmontada donde la habrían violado. También en una zona enmontada presuntamente un grupo de antisociales violó a una joven de 16 años.
El otro caso, según el personero del municipio, se presentó en el corregimiento de Barranca Nueva, donde una menor de 14 años, al parecer, fue abusada por desconocidos.
“Es intolerable, repudiable e inaceptable que este tipo de situaciones se presenten. Creo que es consecuencia de la descomposición social que estamos viviendo”, fueron las palabras del rector de la institución al conocer del caso de su estudiante. Y es cierto, pero cualquier calificativo se queda corto cuando se trata de hechos de violación a menores de edad.
Más reprochable aún si las víctimas ven que las autoridades no dan los resultados esperados en las investigaciones que adelantan. En menos de tres años son 15 casos de violación a menores de edad que hubo en esa población. ¿Cuántos de esos violadores seguirán caminando por las calles como si nada? ¿Cuántos estarán tras las rejas? ¿Cuántos repitieron o repetirán su fechoría?
La multitudinaria marcha que hicieron con camisetas blancas es una muestra del rechazo a estos casos que no paran, y de indignación por la impunidad. Padres preocupados salieron de la mano con sus hijos para exigir acción a las autoridades, y estas deben atender ese clamor, poniendo todos sus esfuerzos para capturar a los culpables.
Preocupa también el aumento de casos de abusos sexuales en los colegios. La Procuraduría General de la Nación reveló recientemente que el Distrito de Cartagena es tercero en casos relacionados con agresiones sexuales a niños y adolescentes en los establecimientos educativos del país. Los que más tienen son Manizales con 80 casos, Bogotá 23, Cartagena 20, Pereira 16, Neiva y Villavicencio con 15 cada uno.
Urge erradicar el flagelo de la violencia sexual, ningún caso debe quedar impune. Garantizar el acompañamiento de las víctimas es esencial para evitar principalmente que el abusador vuelva a tener contacto con ellas.
En menos de tres años son 15 casos de violación a menores de edad que hubo en esa población. ¿Cuántos de esos violadores seguirán caminando por las calles como si nada? (...)
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