Según la presidencia de Colombia, en 2016 el turismo generó USD $5.688 millones de dólares, un récord histórico. Santos dijo que “El turismo mueve nuestra economía”, y recalcó que el año pasado recibimos 5,1 millones de turistas, casi un 15% más que en el 2015, “mientras que se invirtieron en competitividad, promoción e innovación, más de $520.000 millones”.
Semana Santa en Cartagena tuvo un buen comportamiento turístico según las estadísticas de Corpoturismo, quien estimó los ingresos de los días festivos en $36 mil millones, mientras en los cruceros y por vía aérea recibimos 96.551 viajeros, 7,3 por ciento más que en la misma semana de 2016.
Solo por vía aérea llegaron “70.393 viajeros, con un incremento del 8,3 por ciento frente a igual período de 2016, cuando arribaron 64.997”; de estos últimos, 61.000 pasajeros fueron nacionales (más del 85%) y 9.400 internacionales. En los cruceros llegaron más de 26 mil visitantes, entre pasajeros y tripulantes, un 3% menos que en 2015, cuando llegaron 27 mil. Los cruceros le dejaron a Cartagena cerca de 3 millones de dólares (120 dólares cada pasajero), o 9 mil millones de pesos.
Y según la Policía Metropolitana de Cartagena de Indias (Mecar), a Cartagena ingresaron cerca de 39.123 vehículos, 3.625 más que en 2016 (llegaron 35.498).
Según Corpoturismo, “la ocupación hotelera fluctuó entre el 76 por ciento y el 90 por ciento” durante la Semana Santa, y por el Muelle de La Bodeguita viajaron 15.357 pasajeros a las islas, además de los cientos más que se embarcaron en los muelles de Manga y Bocagrande en forma ilegal pero a la vista, decimos nosotros. Y como ya mencionamos en un editorial anterior, la ciudad estuvo más limpia, se notó el esfuerzo contra la invasión del espacio público, y la Policía y el Datt hicieron un mejor trabajo, todo lo cual se le abona a un mejor esfuerzo de la alcaldía de Cartagena.
Las estadísticas citadas antes resaltan la importancia indudable del turismo para el país y para la ciudad, ya que como lo sabemos aquí, la actividad estimula buena parte de nuestra economía y de los empleos formales de manera directa e indirecta. No hay que olvidar que mientras la mayor parte de la industria manufacturera depende cada vez más de la tecnología, cada vez ofrecerá menos puestos de trabajo para obreros rasos, y los que generará serán en buena parte para operarios muy calificados que supervisarán procesos automatizados.
Los visitantes no llegan a un destino porque sí, y los que están llegando hoy fueron conquistados poco a poco por los promotores turísticos de la ciudad que han trabajado décadas para obtener los resultados del presente, que podrían derrumbarse por cualquier descuido. Por eso es indispensable cuidar el destino, lo que incluye invertir en él y no dejar nada al azar. Lo visto en Semana Santa da esperanzas de que mejoraremos mucho más.
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