La semana pasada, la Defensoría del Pueblo alertó desde Cartagena sobre una situación bastante peligrosa: el mal estado de las redes eléctricas en varias poblaciones del país, que quedó en evidencia tras una detallada investigación de esa entidad en 42 municipios de 12 departamentos de Colombia, lo cual no solo deteriora la prestación del servicio de energía de manera óptima y confiable, sino que arriesga a muchas personas a morir electrocutadas. No se trata únicamente de los cables que hacen parte de la red de distribución; también muchas conexiones interiores caseras, la mayoría hechas para robar electricidad, que pueden dar origen a incendios devastadores, en los que la mayoría de las víctimas son de las comunidades más pobres.
Según la investigación de la Defensoría, la situación es especialmente alarmante en la Costa Caribe, donde ciudades importantes tienen barrios cuyos postes de transporte de energía no tienen procedimientos de inmunización, están fuera del tiempo de vida útil o están a punto de derrumbarse sobre viviendas, como ocurre en los sectores de Nelson Mandela o Villa Corelca, en Cartagena, cuyo caso hemos reseñado muchas veces en nuestras publicaciones, sin que se hayan tomado aún los correctivos del caso, aunque ya sabemos que Electricaribe inicia una etapa de mejoría.
Algunas de las redes pasan en medio de las viviendas, como lo hemos mostrado en muchas ocasiones, como muchas han sido las veces que hemos reseñado incendios o accidentes originados por esta circunstancia.
Dice la Defensoría del Pueblo que esto impide la prestación adecuada del servicio de alumbrado público en muchos barrios de la ciudad, cuyas calles permanecen a oscuras por las noches, estimulando a los delincuentes y convirtiéndose en una de las causas de la inseguridad. Los barrios donde hay mayores índices de homicidio son aquellos que tienen graves problemas con el alumbrado.
Pero no solo es en Cartagena o Barranquilla donde se da esta situación. También han sido detectadas anomalías en las redes eléctricas de Guajira, Magdalena, e incluso en algunos municipios del interior del país, como en Cundinamarca (Ubaque, Villagómez, Caparrapí, Medina, Nemocón, Cáqueza, Chipaque, Nariño, Fúquene, Gachalá, Girardot, Guasca y Guatavita), en los que resulta notoria la mala prestación del servicio de energía, además de los problemas de cableado y los transformadores cercanos a viviendas o centros educativos.
También fue detectado este problema en Boyacá y en el Valle del Cauca.
La prestación del servicio de energía es lo que ha motivado las más frecuentes protestas de la comunidad en Cartagena. Aunque optimizar a Transcaribe demorará cinco años, parte de sus fallas tienen que ver con mal estado de postes y redes, que deberían ser arregladas cuanto antes.
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