Editorial


Ecos de la Cumbre Afro

La III Cumbre Mundial de Alcaldes y Mandatarios Africanos y Afrodescendientes de Cali y Cartagena fue clausurada aquí ayer.

El profesor haitiano Amond Petuel Raymond fue uno de los conferencistas y bosquejó la historia de su país, desde el descubrimiento por Colón, hasta la revolución de 1804 mediante la cual Haití se independizó de Francia, dueña de media isla “Hispaniola” mediante cesión hecha por España, dueña de la otra mitad, hoy República Dominicana.

Enfatizó la participación de Haití en la libertad de otras naciones, incluyendo la de los Estados Unidos y la de Colombia.

En todos los casos, dijo Petuel Raymond, la única exigencia de Haití para ayudar era liberar a los esclavos negros de las respectivos colonias que ganaran su independencia, compromiso firmado -en el caso de la Nueva Granada- entre Petión y Bolívar en 1815, pero honrado 37 años después de la independencia, ya desaparecido el Libertador (1830).

Otra intervención que llamó la atención fue la del Doctor Raúl Cuero, el científico colombiano y afrodescendiente con más inventos patentados en el mundo, nacido en Buenaventura.

Leer la hoja de vida de cuero le tomó a su presentador más de 15 minutos. Tiene a su crédito muchos inventos, incluyendo algunos para la NASA, y ha escrito varios libros. Cuero se sale de la narrativa usual de la situación de los afrodescendientes y se enfoca en cómo salir adelante no solo los miembros de su etnia, sino la humanidad.

Cuero enfatiza en la necesidad de tener carácter para perseverar, especialmente en lo que él esboza como lo más importante: inventar, y no innovar. Lo primero es crear y lo segundo es apenas mejorar lo que hay. Solo la invención, dice Cuero, permite que la humanidad avance y no se estanque.

¿Inventar para qué?, se preguntaba Cuero antier en una entrevista en El Universal, y se respondió él mismo: para crear empleos de mucha calidad y buenos salarios, a través de fundar empresas que elaboren productos nuevos, útiles, necesarios. Cuero promueve alianzas entre inventores y la empresa privada y no con el Estado.

Considera que la educación está desenfocada porque gradúa personas que quieren ser importantes, en vez de útiles.

Su pasión es descubrir y apadrinar jóvenes con madera para inventar, por lo que recluta entre estudiantes de bachillerato que aún no hayan adoptado el paradigma de “emplearse”. Cuero organiza “campamentos” en donde los jóvenes seleccionados pasan 15 días descubriendo que son (o no son) inventores, lo que requiere usar las manos primero y no estudiar para hacer. En este caso, según Cuero, se invierte el orden: se hace primero y se investiga a partir de la necesidad de perfeccionar el invento.

La Cumbre Afro trajo gente muy valiosa a Cartagena, pero quizá pocas personas con el talante y talento de Cuero. La ciudad debería hacer lo posible porque el inventor instale sus campamentos en Cartagena para ayudar a cambiarle el rumbo e insertarla en el futuro, que ya comenzó y parece que los cartageneros no nos hemos dado cuenta aún.

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