Editorial


El aviario Nacional en Barú

Fundación Aviario Nacional de Colombia es el nombre oficial del complejo para aves que construye Rafael Vieira en la isla de Barú. Vieira es un amante de la naturaleza y trabaja en montar el aviario luego de haber craneado y construido durante varias décadas el acuario de las  islas del Rosario, que no solo es un sitio para que los turistas aprendan algo de las especies marinas, y para que se diviertan viendo las acrobacias de los delfines, sino que tiene un centro de investigación serio, que entre otras cosas, se esmera por criar en cautiverio especies en extinción, incluyendo las tortugas oriundas de la zona, de las cuales varias cochadas han sido soltadas al mar durante los últimos decenios.

El aviario al que ahora le trabaja Vieira tiene el mismo corte programático del acuario. Además de una atracción turística, que sin duda lo será y muy grande, el aviario es un centro de investigación y reproducción de aves en peligro de extinción, especialmente las propias de Colombia y en casos como el los cóndores, de la América andina.

El aviario tiene la ventaja de que se llega a él por carretera y ferry, y muy pronto por encima del puente sobre el Canal del Dique, en Pasacaballos, que está a punto de ser concluido por sus contratistas. Este le permitirá al aviario recibir muchos más visitantes, ojalá buena parte de los estudiantes de los colegios públicos y privados de Cartagena y del Caribe colombiano, y por supuesto, de todo el país y de fuera de este.

Aunque el aviario no está abierto al público, ya tiene 170 especies de las 500 que aspira a completar, y 1.800 aves de las aproximadamente 5.000 que tendrá.

Colombia es el país del mundo más rico en diversidad de aves con cerca de 1.900 especies distintas, lo que nos convierte en el lugar más apetecido de los observadores de aves, cuya afición es ir viendo y tachando de su lista personal la mayor cantidad de especies posibles. Un aviario como el que Rafa Vieira monta en Barú será de categoría mundial, además de tener un diseño y uso de materiales exquisitos.

Hace poco publicamos aquí los esfuerzos que hace Proexport por abrir el mercado de Colombia a la actividad de avistar aves, y si lo piensa bien la entidad, se daría cuenta de que este aviario podría ser la punta de lanza de ese esfuerzo ya que sería el lugar ideal para entrenar guías para pajareros con los estándares internacionales más altos.

Los alrededores de Cartagena, en particular los caños que salen a las ciénagas aledañas al Canal del Dique, siguen siendo riquísimos en aves, al igual que muchos parajes en los Montes de María y en el Sur de Bolívar, especialmente la Serranía de San Lucas, donde sería más provechoso para los habitantes participar en la industria del avistamiento de aves que sembrar coca o estar en la minería ilegal.

Sería un desperdicio que los sectores público y privado de la ciudad, departamento, región y país, no aprovecharan que un “loco” enamorado de la naturaleza como Rafa Vieira monta unas instalaciones técnica y estéticamente tan sofisticadas,  para convertirlas en un multiplicador para muchísimas actividades adicionales, provechosas y sostenibles.

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