Editorial


El "boom" turístico

El diario La República publicó ayer una entrevista hecha al empresario turístico Jean Claude Bessudo, un francés que llegó a Colombia en 1960 y quien es fundador y Presidente de Aviatur, una empresa pionera en el turismo desde y hacia Colombia. La República tituló la entrevista con una afirmación de Bessudo: “Con la paz, el próximo ‘boom’ turístico será en Colombia”.

Si Bessudo llegara a tener razón, y creemos que podría tenerla por los signos positivos en la prensa mundial hacia los sitios turísticos de Colombia desde hace ya tres o más años, ¿qué significaría eso para Cartagena? Lo primero es lo más obvio: mucha más gente de otros países visitándonos. Y lo segundo, y también obvio, es que si la movilidad de la ciudad ya colapsa con su propio éxito en las últimas temporadas, la crisis con más visitantes sería aún mayor.

Cartagena necesita prepararse en todo sentido: tiene que construir la avenida del Bicentenario cuanto antes para desembotellar el tráfico alrededor del Centro Histórico, que es el cruce de caminos de propios y extraños. Esta vía es nada menos que la entrada que necesita la ciudad desde la Zona Norte, no mañana, sino  inmediatamente, porque también es neurálgica para el tráfico interno de la gente local que vive en extramuros y trabaja en el sector turístico. Es imposible creer que con la avenida Primera de Bocagrande se le pueda dar servicio al sector turístico, aunque es evidente que los contraflujos establecidos por el Datt de la administración Vélez han sido exitosos, aunque no sean perfectos ni suficientes.

La infraestructura para la movilidad es entonces una prioridad, con o sin boom turístico, pero también lo es cómo hacer partícipes a muchos más cartageneros de este éxito que ya tenemos y que se podría acrecentar, no solo por la buena fama que ya adquirió la ciudad en el exterior, en cuyos medios figura elogiosamente con frecuencia, sino por la devaluación del peso, que nuevamente convierte a los extranjeros en viajeros acaudalados cuyas monedas les rinden más en países como el nuestro, haciéndolos más atractivos.

Es entonces el momento, más que nunca, de tener un verdadero plan de desarrollo concertado e incluyente para la ciudad, que tenga como uno de sus grandes propósitos el que cada vez más cartageneros puedan tener trabajos dignos, no solo como asalariados, sino como pequeños empresarios.

Bessudo habló de que en Colombia la figura de las concesiones en áreas de naturaleza no han sido bien entendidas, y por eso las dejó. También dijo que en lo que concierne a Cartagena,  se concentra por el momento en culminar su proyecto del eco hotel en Barú, en el que invertirá 35 mil millones de pesos, y que también representa una oportunidad para los habitantes de esa isla cuyas fortalezas naturales, como sus playas y manglares, están tan maltratadas.

La ciudad no puede dejar que la atropelle el éxito, como han dicho con tino algunas personas últimamente, sino que debe estar lista para aprovecharlo en beneficio de todos.

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