Editorial


El campo bolivarense, cacao y bienestar

EDITORIAL

30 de octubre de 2016 12:00 AM

En las conversaciones de paz de La Habana se habló mucho del campo, pero en realidad parece preocuparle poco a la mayoría de los citadinos porque lo desconocen, lo ven remoto, le restan importancia y hasta le tienen aversión, cuando no lo miran por encima del hombro, recordando la cita famosa de Max Jacobs, atribuida a muchos otros, incluido a García Márquez, al decir que el campo es “ese horrible lugar donde los pollos se pasean crudos”.  Ya se lo imagina uno caminando en puntillas para no ir a pisar algo “horrible” en un corral de ganado o patio campesino.

Pues bien, en la mayor parte de Colombia, y por supuesto en la de Bolívar, que nos interesa más, los pollos se siguen paseando crudos salvo en las contadas avícolas modernas que hay en las proximidades de las pocas urbes. Bolívar es un departamento extremadamente rural y eso debe parecernos grato por su potencial agropecuario y de naturaleza, pero también preocuparnos porque la calidad de vida allí es mucho peor que en las ciudades, y el Estado llega de manera mínima.

No hay duda de que los dos últimos gobernadores  han hecho más por Bolívar que muchísimos de los anteriores, y hoy Dumek Turbay arraiga algunas de las cosas buenas que dejó Gossaín y a la vez impulsa otras iniciativas propias. Pero se siente que entre estas dos gobernaciones ha habido algo que no es usual en nuestro medio: algunas políticas de Estado para favorecer al área rural de Bolívar, donde como en casi todo el Caribe colombiano, hay inmensas oportunidades en el turismo rural, artesanal, musical y gastronómico.

Esta gobernación trabaja con la Cámara de Comercio de Cartagena para refinar algunos de sus programas y tratar de conseguir inversionistas privados para que los ejecuten.
Todos los proyectos son importantes, pero hay uno que debería ser tenido como de los de la punta de la lanza, que es cultivar cacao: se da bien en Bolívar, tiene un gran mercado mundial que aún crece, y sería el sustituto ideal del tabaco, un producto que se debe desestimular con firmeza porque le causa un daño comprobado e irreparable a la salud, y no se justifica seguirlo cultivando a sabiendas de que mata gente. Debería haber grandes estímulos para dejarlo atrás cuanto antes, aunque causando los mínimos traumatismos a sus cultivadores.

Bolívar tiene condiciones en casi todo su territorio para sembrar las tres clases principales de cacao, como son el forastero, el criollo y el trinitario, este último la hibridación de los dos primeros. El forastero es el más fuerte y fácil de cultivar, pero los otros dos son los más apetecidos y de mejores sabores, texturas y precios. 

¿Por qué debe interesarle mucho a Cartagena el Bolívar rural? La razón principal debería ser la solidaridad, pero también el sentido de supervivencia cuenta. Si al Bolívar rural le sigue yendo mal, a sus ciudades, incluida Cartagena, le irán peor; crecerán sus barrios marginales, empeorará su seguridad y su calidad de vida.

 


 

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