El sábado 2 de julio, el periódico El Heraldo, de Barranquilla, editorializó así: “Más rigor en el Canal del Dique”, y se refería a una visita y posterior informe de la Contraloría General de la República acerca de los 114 kilómetros entre Cartagena y Calamar y las obras pendientes allí, trecho sobre el que la entidad ejerce control por mandato constitucional, dice el diario colega, y también “por los costos no solo ambientales sino también económicos, sociales, por confiabilidad en la navegación, deterioro mar adentro y los beneficios esperados en el macroproyecto del Canal del Dique”.
Coincidimos con El Heraldo en que debe responder el Fondo Adaptación, “que es la entidad que asumió con el tiempo las obras que debieron ser hechas desde la creación de Cormagdalena en 1993”. Recordamos bien cómo el Fondo Adaptación en épocas del Dr. Germán Arce le fue sacando el cuerpo a su responsabilidad de construir no solo las obras de mitigación para impedir inundaciones en Santa Lucía y demás poblaciones del Atlántico, sino también en los de Bolívar, pero sobre todo, y esa es la línea gruesa, debería haber financiado las esclusas y demás estructuras que alimentarían de agua a las ciénagas aledañas, para simultáneamente mantener el canal navegable, normalizar el medio ambiente lagunar e impedir la entrada de sedimentos a la bahía de Cartagena, que de allí pasan al Parque Natural Nacional Corales del Rosario. Si esas grandes obras ya estuvieran hechas, serían innecesarias las de mitigación mencionadas, ya que un control del caudal en Calamar mediante una esclusa controlaría el nivel del Dique según las necesidades.
La Contraloría debe saber que están listos los estudios desde hace bastante tiempo y no se oye nada del alto gobierno acerca de estas obras, como si no importaran, o como si los diálogos de La Habana, por arte de magia, las hicieran innecesarias o irrisorias.
Coincidimos también con El Heraldo al decir este que “El Fondo Adaptación es un ente en entredicho por sus demoras (...)”, y que “Lo que pasa en el Canal del Dique impone más rigor”. Nos identificamos con el matutino de la ciudad hermana al decir que la Contraloría “Tiene herramientas para que haya más rigor en las intervenciones en el Canal del Dique y Cartagena”.
La verdad es que el Fondo Adaptación perdió el tiempo y no ha hecho las obras pequeñas, ni mucho menos las grandes.
Los perjuicios son enormes porque siguen entrando los sedimentos a la bahía de Cartagena y demás cuerpos de agua, y se aproxima el invierno, con probabilidad de que haya una La Niña, lo que encarecerá y atrasará mucho más unas obras que hubieran podido adelantarse durante la sequía de El Niño que recién dejamos atrás.
Lo más notorio del Fondo Adaptación es su indolencia, por la cual se incrementan los perjuicios de todo orden a los pueblos del Dique y a Cartagena.
Comentarios ()