El foro ‘Cartagena incluyente para erradicar la pobreza 2033’ se realizó ayer en El Universal, con una conferencia ágil y muy bien sustentada de Jhorland Ayala, investigador del Banco de la República; con la moderación siempre acertada de Juan Gossaín; con los agudos panelistas Vivian Eljaiek, Aarón Espinosa y Napoleón De la Rosa; y con los representantes del alcalde (el mismo De la Rosa) y del gobernador, Jorge Cárcamo, quienes dirigieron mensajes de sus respectivos superiores, quienes no pudieron asistir al foro por compromisos previos.
La novedad del trabajo de Jhorland Ayala y Adolfo Meisel es que no solo es un diagnóstico descarnado de la pobreza en Cartagena y su alta incidencia entre la población afro, sino que estimaron cuánto cuesta erradicar dicha pobreza y sugirieron cómo conseguir el dinero con la banca multilateral, la que por supuesto no es la única alternativa de financiación, pero sí es una fuente factible, como lo es el fondo del Distrito propuesto por De la Rosa. La inversión que requiere Cartagena en números redondos es de USD$641 millones.
Esta inversión cubriría 40 barrios que según Ayala “concentran el 75% de la población en pobreza extrema, el 80% de la población sin acueducto, el 82% sin acceso a alcantarillado, y el 70% de los niños y niñas en edad escolar que no asiste a clases”, incluyendo a la población rural y urbana según el Sisben.
La intervención propuesta por Ayala es integral, e incluye reubicar la población que está en zonas de alto riesgo; adecuar viviendas donde sea factible; llevar el acueducto al 100% de la zona urbana e insular; construir más colegios, con alimentación incluida; programas ‘ambiciosos’ de capacitación y vinculación laboral; construir un hospital de primer nivel que le sirva a esta zona; incrementar los parques y las zonas verdes de estos 40 barrios; y pavimentar sus calles, lo que exige haberles instalado el acueducto y el alcantarillado antes.
Para que todo lo anterior no termine siendo otro programa asistencialista, inútil y demasiado costoso, tiene que haber un énfasis en los niños y en su educación y capacitación pertinentes, para poder luego obtener empleos formales y de calidad cuando estén en edad de hacerlo. Esto exige el compromiso de la empresa privada y un contacto permanente con esta por parte de las entidades educativas y por centros de capacitación como el Sena.
“De esta forma”, concluye el estudio, “se podría garantizar que Cartagena sea una ciudad libre de pobreza extrema cuando cumpla 500 años de haber sido fundada, en 2033”. Ojalá lo podamos lograr entre todos.
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