Editorial


El IDEAM nos explica el agua

La semana pasada, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) divulgó el Estudio Nacional del Agua 2014 (ENA), un documento profundo y complejo, repleto de información técnica que valida sin lugar a dudas sus resultados, como la más seria investigación que se haya hecho en el país sobre “el estado y dinámica del agua y los recursos hídricos en Colombia”. También es una advertencia seria sobre la necesidad de preservar algunas cuencas vitales para mantener el equilibrio ecológico de Colombia y para la supervivencia de sus comunidades.

El ejemplo más terrible de lo que podría pasarnos si se agotan nuestras fuentes de agua es la aguda situación que mostraron los medios, y que están padeciendo los habitantes de la Guajira, especialmente los niños, debido a la escasez de agua potable. Hay zonas de esa región colombiana que viven un drama peor que los pueblos más atrasados del África.

Y lo peor es que sigue el desperdicio del agua, como si ese recurso fuera inagotable.

En el informe del IDEAM se refieren igualmente a las estadísticas de desperdicio que se producen en las ciudades, principalmente, como si el hecho de tener acueducto fuera una garantía del permanente y perpetuo suministro del agua.

El ENA está conformado por un estudio del régimen natural del agua, sus modificaciones y su uso y transformación debido a las principales actividades humanas que se ejecutan en los sitios donde mana. Es el estudio más completo realizado sobre el ciclo del agua en Colombia, no solo señalando los principales problemas que afectan su conservación, sino las claves estratégicas para resolverlos. En ese sentido, el estudio entrega información sumamente valiosa para la planificación y la gestión integrada y racional del agua, todo ello enmarcado en la política nacional del medio ambiente y los desafíos ecológicos que enfrenta el país en los próximos años.

Es imprescindible que los candidatos a alcaldías, concejos, gobernaciones y asambleas en las elecciones de octubre próximo analicen profundamente el Estudio Nacional del Agua e incorporen sus recomendaciones en sus programas de gobierno o sus propuestas a la ciudadanía, porque la conservación de este recurso es una de las obligaciones de gobernantes y funcionarios públicos.

El ENA debería ser, porque la calidad y profundidad de su información así lo permiten, un documento de referencia para autoridades e instituciones gubernamentales, sectores productivos y comunidades, en torno al recurso hídrico, desde la potabilización hasta su uso en distritos de riego para la agricultura.

Por ahora no hemos oído a los candidatos referirse a este asunto, a pesar de que algunos aspiran a manejar regiones o municipios donde hay problemas de agua.

Ojalá lo hagan pronto.

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