Editorial


El Pacto Agrario debe ser serio

Ayer el Ministerio del Trabajo anunciaba que se embarcaba en unos  “Consejos (no concejos) Municipales para construir el Pacto Agrario” en 290 municipios de 28 departamentos y anunciaba dónde serían los primeros.  Equivalen a los consejos comunitarios que hacía el ex presidente Uribe, pero con otro nombre y con una temática específica.

“En los Consejos Municipales para construir el Pacto Agrario, los participantes pueden presentar iniciativas, propuestas y hacer comentarios”, decía el documento, y también anotaba que la inclusión y la transparencia estarían en todas sus etapas.

Participan “representantes del Gobierno Nacional, gobiernos departamentales y municipales y actores interesados en el desarrollo rural a través de organizaciones, asociaciones, cooperativas, pre-cooperativas, grupos étnicos, sindicatos del sector agropecuario o gremios”.

Los temas incluyen “tierra y agua, componentes productivos, infraestructura económica y social,  servicios públicos, e institucionalidad”.

Este ejercicio seguramente enfocará los problemas más serios del agro y de los campesinos, grandes y pequeños, y permitirá que el Gobierno, compuesto por  principalmente por personas nacidas y educadas en ciudades, se empapen más de la realidad del campo.

Es obvio que casi todos los campesinos dirán que no tienen acueductos, energía eléctrica confiable, ni servicios de salud de calidad, ni escuelas, ni alcantarillado, ni calles pavimentadas, y que las carreteras terciarias y secundarias son un desastre y que necesitan represas para regar en los meses de verano, además de asistencia técnica e insumos baratos.

Aunque de todos modos es muy importante escuchar a la gente del sector, es igual de importante tener instrumentos técnicos para decidir qué se debe hacer.

Es indispensable concluir el censo agropecuario y también determinar cuál es el equilibrio conveniente entre la seguridad alimentaria del país, y sembrar grandes extensiones de tierra industrialmente en algunos cereales y oleaginosas, para poder exportar productos en los que somos competitivos, y no sembrar los que nos son ruinosos. Emularíamos así a la Argentina y a Brasil en América del Sur, además de la mayoría de los países del primer mundo. Y para hablar de lo que sucede en el campo hay que tener estadísticas, y no cargas ideológicas.

También tienen que distinguir nuestros bien intencionados burócratas entre las distintas calidades de tierra del país y los variados regímenes de lluvia, y qué se puede sembrar, y dónde.

Debe cuidarse mucho el Gobierno de que estos eventos sean serios y no sean vistos como un esfuerzo demagógico para reelegir a Juan Manuel Santos, ni que la cantidad de promesas les haga pensar a los campesinos que el Estado al fin les solucionará todas sus necesidades, especialmente si votan para que el Presidente repita periodo.

En esos términos, bienvenidos los Consejos Municipales para el Pacto Agrario. Nuestro campo y su gente necesitan ser tenidos en cuenta.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS