Editorial


Energía en el Caribe

EL UNIVERSAL

14 de septiembre de 2018 12:00 AM

Electricaribe no tiene ya opciones distintas a conseguir la financiación de la energía y de las inversiones  para el servicio de la Costa Caribe en 2019, o dicho de otra manera, la Nación tiene que proveer lo que la entidad necesita para que los ocho departamentos de este litoral no se apaguen, mientras llega una solución definitiva.

El agente interventor de la empresa, Javier Lastra Fuscaldo, dijo antier que “el diagnóstico es uno solo. Es una situación crítica que se resuelve si nos ponemos a tono con todas las inversiones que hay que desarrollar en la Costa, para los próximos 10 años”.

Esto no solo quiere decir que se requiere dinero para pagarle a los generadores, sino también para las múltiples inversiones atrasadas en infraestructura, mientras la demanda del Caribe es la de mayor crecimiento en el país, haciéndolo al 5% anual y teniendo ahora 2,6 millones de usuarios. Será una tarea difícil que el Gobierno nacional financie todas estas necesidades porque Duque encontró un país con pocos recursos y muchos compromisos, casi todos importantísimos y difíciles de aplazar.

Algunas personas piden que la empresa vuelva a ser manejada por el Estado, olvidando la politización y el rotundo fracaso final de Corelca, convertido en fortín político y caja menor de algunos poderosos, haciéndola finalmente inviable. Tampoco ha resultado la privatización de Electricaribe como fue hecha, con el agravante de que ahora muchos de los buenos clientes de esta región prefieren comprarle la energía a otros proveedores cada vez que pueden hacerlo, dejando a la empresa con una proporción cada vez mayor de la clientela de poca o ninguna capacidad de pago, haciéndola menos atractiva para cualquier inversionista privado.

Los grandes generadores del país están en el interior, produciendo energía hidroeléctrica de la que todos los colombianos dependemos. La energía hidroeléctrica nacional ha sufrido un duro revés con las dificultades de Hidroituango, lo que hace poco probable volver a intentar obras similares, además de que son consideradas cada vez menos deseables ambientalmente a pesar de su energía limpia. Mientras tanto, el Caribe colombiano perdió el tiempo como región al no desarrollar fuentes de energías alternativas propias, teniendo grandes posibilidades para la solar y para la eólica. Afortunadamente algunas empresas del interior, visionarias y poderosas, se han ocupado de ambas y estas deberían sumarle a la región y al país una cantidad cada vez mayor de electricidad barata y sostenible.

En cuanto a Electricaribe, el viceministro de Minas y Energía, Carlos Andrés Cante, solicitó antier el apoyo del resto del Gobierno para financiar las necesidades de la empresa eléctrica de la Costa Caribe, “entendiendo las dificultades de todos los sectores de la economía y de todos los ministerios que se pelean por los subsidios”. 

La situación para Electricaribe, y por lo mismo para esta región, está bastante difícil.

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