Editorial


Espacio público: llover sobre lo mojado

Antier Espacio Público del distrito hizo unos operativos en el Centro y despejó algunas áreas de vendedores estacionarios y al poco rato todos estaban de vuelta. No sabemos cuál puede ser el objetivo de hacer operativos inútiles, porque lo lógico sería que espacio público se asegurara, con la colaboración de la Policía y de las demás autoridades competentes, que todo sitio recuperado se quede así: despejado para que pueda ser usado por la ciudadanía, como es su propósito.

Celebramos que ayer fue notoria mucha más presencia policial y nuevos operativos recuperando el espacio público, lo cual es una muy buena noticia. El área recuperada en administraciones anteriores, que fue considerable, no se puede dejar perder, entre otras cosas, porque se asemejaría a un detrimento patrimonial por negligencia u omisión.

Espacio Público le dijo a El Universal que hay 3200 vendedores estacionarios con confianza legítima en el sector turístico de Cartagena, lo que incluye Bazurto, Bocagrande, El Laguito y el Centro. Sin embargo, este medio tuvo acceso a información del empalme entre las administraciones de Vélez y Duque, y las estadísticas de la administración anterior difieren considerablemente de las que da hoy Espacio Público, ya que había entonces apenas 2246 en toda la ciudad con confianza legítima según el RUV (Registro Único de Vendedores). Por zonas según esta fuente había: 266 en el Centro y San Diego; 18 en la Matuna; 23 en Getsemaní; 937 en el sector turístico; 855 en Bazurto; y 147 en otros sectores para un total de 2246, como dijimos arriba.

¿Por qué el desfase de 954 con confianza legítima? Se podría pensar que alguien contó mal, pero quien hizo la cuenta en la administración anterior fue el doctor Adelfo Doria, según consta en carta enviada a Cartagena Cómo Vamos, y fue él quien manejó espacio público en varias administraciones, incluida la de Vélez, y estuvo al frente de recuperar una gran cantidad de este, por lo que conoce este campo tan álgido de Cartagena.

Si esas son las cuentas de Doria, no sabemos de dónde salen las que ahora muestra Espacio Público y valdría la pena que fueran confrontados y explicados ambos juegos de datos. Alguien tiene que estar equivocado y la diferencia es considerable. La ciudad debe saber exactamente lo que pasa, entre otras cosas, para desvirtuar las suspicacias con respecto al potencial electoral de los vendedores informales. 

Insistimos en que el Centro es el imán del turismo y su caja registradora, y debe estar despejado, limpio y oliendo bien. Permitir que unos cuantos ambulantes se rebusquen a riesgo de acabar con miles de empleos formales en el sector turístico es una irresponsabilidad. Perder el buen nombre que hoy tiene la ciudad, fraguado tras varios años de trabajo público y privado, sería una conducta imperdonable. A los informales hay que ayudarlos, pero no a costa de matar la gallina de los huevos de oro.

 

 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS