Editorial


Evaluación a la política educativa

Faltan dos años para que culmine el período establecido para desarrollar el Plan Decenal de Educación (2006-2016) puesto en marcha por el Gobierno nacional con el propósito de incrementar la cobertura y la calidad de la educación, y por supuesto, frenar la deserción escolar que se da por diversos motivos, siendo la pobreza el más serio, frecuente y cruel.

Valdría la pena empezar a realizar un balance en Cartagena y Bolívar de este ambicioso proyecto del gobierno de Álvaro Uribe, cuya elaboración duró 8 meses, participaron 20 mil personas en el país y su remate en la Asamblea Nacional por la Educación duró cinco días, durante los cuales 1.600 asambleístas lo concretaron.

En las últimas décadas el país ha tomado conciencia de la estructura para el desarrollo económico y social descansa en gran medida en una educación integral, pertinente y que motive la búsqueda de soluciones a los grandes problemas que padece Colombia.

Y no hay duda de que gracias en parte al Plan Decenal se lograron, al menos en Cartagena, avances importantes en materia de cobertura y en materia de formar profesionales que puedan insertarse en el mercado laboral, teniendo en cuenta las características, fortalezas y debilidades de nuestra región.
Ha sido importante en el impulso a la educación, el consenso entre la mayoría de los empresarios del sector privado sobre lo fundamental de la formación de los jóvenes como herramienta principal para desarrollar al país y sobre todo, para reducir las desigualdades.

En el caso de Cartagena, entidades como la Fundación Mamonal, creada y sostenida por el sector industrial, adelantan una valiosa tarea para que la educación  se convierta en un instrumento a través del cual se consiga mayor competitividad, mayor prosperidad económica y menos pobreza.

¿Qué tanto ha contribuido el Plan Decenal de Educación para acabar con el drama de las familias pobres (como la mayoría de las de Cartagena), a las que les cuesta trabajo enviar a un niño a la escuela porque les resulta demasiado oneroso, aun si la educación es gratuita, porque nunca tendrá suficiente para alimentarlo, vestirlo y calzarlo bien, sin lo cual no podrá permanecer en ningún colegio?

Uno de los principales objetivos del Plan Decenal, después de los básicos de aumentar la cobertura y calidad, y mejorar la formación y actualización de los maestros, es “mejorar la integración de ciencia y tecnología a la educación”, una meta indispensable si se quiere que la educación de los colombianos sea relevante en un mundo que se moderniza y globaliza a toda velocidad. El uso de computadores y de Internet no puede ser considerado un lujo, sino que tiene que convertirse en común para todos los colombianos. En ese propósito, el gobierno de Santos siguió con el esfuerzo de su predecesor y la meta de que todas las escuelas oficiales del país estén conectadas está a punto de cumplirse.

En Cartagena, es evidente que se amplió la cobertura, pero la calidad sigue estancada, y en parte se debe a una eficaz estrategia para que los docentes se entrenen y se sometan a exámenes periódicos que demuestren su idoneidad, y que entonces ganen mejores salarios y tengan condiciones laborales estimulantes.

Pero es necesaria una evaluación a fondo de los logros y las tareas pendientes, y esta debe hacerse de inmediato.
 

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