Editorial


FET y Transcaribe

EL UNIVERSAL

18 de agosto de 2018 12:00 AM

Transcaribe, el Sistema Integrado de Transporte Masivo (SITM) de Cartagena, está en una coyuntura crítica. Comenzó de una manera casi apoteósica para la ciudad, no solo porque es una forma de transporte público indispensable para una urbe de este tamaño y complejidad geográfica, sino porque el contraste de bajarse de los buses del TPC (Transporte Público Colectivo), mejor conocidos como busetas, y montarse a los nuevos vehículos de Transcaribe, era como dar un paso del caos a un futuro brillante y merecido por sus pasajeros.

Pero los atrasos considerables en implementar este SITM hacen que aún rueden demasiadas busetas en Cartagena, recordándonos que la barbarie sigue allí, presente y amenazante, por lo que apremia terminar de sacar adelante a Transcaribe. El efecto inicial del SITM sobre la ciudad fue mucho más allá de ofrecer un transporte confiable y puntual, sino que le garantizaba a la gente buen trato, comodidad y seguridad, sumándose esas y otras cualidades para que sus usuarios sintiesen que al fin tenían un medio de transporte que también cuidaba su dignidad.

Hoy, sin embargo, Transcaribe, por sus atrasos y por las expectativas no cumplidas al no ampliar sus rutas hasta donde deberían estar ya, se mece en una especie de balanza en la que le hacen mucho contrapeso las busetas del TPC que siguen rodando, las mototaxis y los innumerables servicios colectivos, ilegales pero ubicuos, que la gente se siente obligada a usar por los atrasos notorios del SITM, que mencionamos arriba.

¿Por qué Transcaribe no ha cumplido con los nuevos buses y las nuevas rutas? La razón es sencilla: a pesar de que hay 64 buses nuevos parados en el Patio Portal que podrían entrar mañana en servicio, sus operadores no los sacan a rodar porque Cartagena no tiene un FET (Fondo de Estabilización Tarifaria), previsto en la ley e implementado por todos los demás SITM de Colombia. Este fondo sirve para que si a algún alcalde, por motivos politiqueros interviene en la tarifa y la pone por debajo de lo que es rentable, la diferencia entre la tarifa politiquera y la técnica, necesaria para funcionar y ganar dinero, incluyendo para pagarles las obligaciones a los bancos, sale de este fondo de manera que el SITM no deje de ser viable. Y sin el FET, los bancos, chamuscados ya por los fracasos de los demás SITM del país, no le prestan un centavo más a los operadores de Transcaribe, y estos no podrán seguir comprando los buses que necesitan para cubrir todas las rutas de Cartagena y las que exigen sus periferias.

El Distrito de Cartagena ya tiene un acuerdo que prevé que la Alcaldía garantizaría una tarifa técnica, pero este acuerdo no le da confianza a los bancos ni a los operadores, entre otras cosas porque el Distrito no tiene un fondo para este fin y tendría que buscar el dinero oportunamente, y es dudoso que los bancos se lo prestarían en la cantidad y velocidad requeridas.

La solución es crear el FET, pero, sugerimos nosotros, acudiendo a las directrices de la Procuraduría para que cualquier alcalde de Cartagena pueda hacerlo sin miedo a violar la ley.

 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS