Editorial


Fiestas: aprendamos de Barranquilla

EDITORIAL

30 de enero de 2016 12:00 AM

Los hacedores del Carnaval de Barranquilla han recibido ya 2.200 millones de pesos para las fiestas de este año, una parte el 19 de enero y la otra ayer, según el periodista Juan Manuel Cantillo, quien nos informa que parte de los aportes se distribuyeron así: “Comparsas, 247 millones, 152 beneficiarios; cumbias, 108 millones, 55 beneficiarios; comedias, 190 millones, 13 beneficiarios; danzas de relación, 48 millones, 27 beneficiarios; danzas especiales, 46 millones, 25 beneficiarios; danzas tradicionales, 157 millones, 83 beneficiarios; disfraces, 273 millones, 220 beneficiarios; letanías, 30 millones, 20 beneficiarios, y otras modalidades 45 millones para 154 beneficiarios”. Esta no es la cuenta completa pero la incluimos para darle una idea al lector del apoyo que recibe el Carnaval en sus raíces, lo que ayudaría a explicar su arraigo, su éxito y su vigor, que crece año tras año.

El periodista cita a Char cuando entregó las ayudas ayer: “Los hacedores del Carnaval de Barranquilla merecen todo nuestro apoyo, para que ellos no tengan que estar mendigando en las calles, prestando, empeñando, para poder hacer lo que ellos saben hacer, que no lo hace cualquiera, sino que es el resultado de la naturalidad y de la espontaneidad cultural que tiene el barranquillero, que se refleja en el Carnaval. Entonces nosotros, como Distrito, estamos haciendo un aporte de 500 millones de pesos en estímulos, para que ellos tengan una mejor vida y le puedan regalar a los barranquilleros y al mundo entero un mejor Carnaval”. Además de este aporte, la alcaldía de Barranquilla entregó otros 378 millones de pesos a Carnaval S.A. Vale la pena destacar que según la misma fuente, el Ministerio de Cultura aportó 375 millones “a través del Programa Nacional de Concertación”. Los dineros, no sabemos si todos o solo los de la alcaldía, se entregan “por medio de un convenio de asociación con la corporación Luis Eduardo Nieto Arteta”.

Además de lo anterior la empresa privada también le aporta al Carnaval en dinero y en especie, y es probable que esa ayuda sea también una suma significativa.

Contrasta este espíritu y este apoyo a las raíces del Carnaval de Barranquilla, con la pobreza, o mejor, la miserableza, con que son tratadas las Fiestas de Independencia por el distrito de Cartagena. Eso ayudaría a explicar el civismo de los carnavales vecinos comparado con la agresividad enorme de muchos sectores durante las Fiestas de Cartagena, en donde poca gente las ve como propias.

La alcaldía tiene tiempo para rectificar esta omisión y debería trabajar desde ya con las personas de distintos sectores culturales de Cartagena que se esfuerzan por revitalizar las fiestas. En épocas cercanas, y aún con un apoyo apenas simbólico a las comparsas y danzas, se redujo el vandalismo en la ciudad. Debemos retomar la senda perdida.

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