Editorial


Fijemos la cultura de conservación

Hoy se celebra en el departamento de Atlántico, por décimo año consecutivo, el Día Nacional del Tití Cabeciblanco en la población de Luruaco, entre Cartagena y Barranquilla por la carretera de La Cordialidad. El objetivo es crear conciencia para ayudar a proteger esta especie nativa del Caribe colombiano que está en vías de extinción. El evento es promovido por la Fundación Proyecto Tití y la apoya la Gobernación del Atlántico, según un comunicado enviado ayer a El Universal. Esperan unas 500 personas en los diversos eventos culturales y científicos.

Tristemente, la amenaza se debe a las mismas razones que ponen en peligro a otras especies de la fauna: destrucción del hábitat por talar los bosques, usualmente para “ganaderizar” el área, o por la cacería para vender los animales para mascotas. Dice el comunicado que “Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) esta es una de las 25 especies de primates más amenazadas del mundo”.

Autoridades del Atlántico pretenden crear empleos legítimos en el entorno de los titíes para evitar que los habitantes caigan en la tentación de cazarlos. Quizá es una buena estrategia, pero también lo sería organizar el avistamiento de esta especie y de otras del área, con lo que las pueden “vender” miles de veces a las cámaras de los interesados que visiten al área, como ocurre en el mundo con el avistamiento de aves, una industria multimillonaria y que ayuda a conservarlas. De igual manera se puede hacer con los peces de los arrecifes coralinos, cuando se montan expediciones a conocerlos sin tener que pescarlos.

La iniciativa del Atlántico se debería replicar en Bolívar con diversas especies, incluyendo el mono colorado aullador, de los que hay una población saludable y creciente no solo en el Parque Nacional Natural Los Colorados, en San Jacinto, sino en el Jardín Botánico Guillermo Piñeres (JBGP) y sus alrededores, a pesar de la tala inmisericorde e impune de los cerros de Turbaco, a veces para canteras que extraen zahorra y a veces para ganadería o desarrollo inmobiliario.

El material de las canteras es indispensable para muchas obras, pero se requiere un plan para reforestarlas cuando se agoten y también un programa para proteger esta especie, cuyo bienestar hasta ahora ha dependido de privados bien intencionados, incluyendo el JBGP, y no de las autoridades.

Conservar nuestros bosques tropicales, secos y húmedos, no es un lujo ni un romanticismo, sino una medida urgente para nuestra propia supervivencia. Necesitamos su oxígeno y su sombra para aminorar el calentamiento global.

Por lo mismo, es indispensable involucrar a los jóvenes desde los colegios en estas actividades para que crezcan con una conciencia ecológica en vez de una depredadora.

 

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