Ayer hubo noticias preocupantes acerca de la eficacia de las obras de protección construidas por el Fondo Adaptación en Santa Lucía, ya que se hablaba de filtraciones a través del jarillón, aunque hay que decir que no está claro aún, por las noticias confusas, si las filtraciones ocurrieron en algún lugar distinto al reparado, aunque el resultado final sea casi igual de negativo: había agua pasando de un lado a otro, cosa que no debió suceder de ninguna manera. Algunas personas aseguraron que la defensa de ‘colchacreto’ frente a Santa Lucía estaba intacta y sin filtraciones, pero un testigo dijo que donde estuvo el boquete de Santa Lucía se notaba la erosión en el terraplén, que no ha tenido ninguna forma de mantenimiento desde que fue construido.
Ayer también había otra situación confusa: mientras algunas autoridades aseguraban que las aguas del Magdalena y del canal del Dique bajaban, una fuente de confianza de El Universal nos aseguró que el agua del Dique en las inmediaciones de Evitar (Mahates) subía de manera preocupante.
Las autoridades, por el contrario, aseguran que aunque el río Cauca ‘metió agua’ al Magdalena, la tendencia general es que el río baje y que el Dique también lo haga. Se espera que las distintas entidades responsables hagan una inspección minuciosa para dar un reporte integral y certero.
Todo lo anterior indica que el Estado colombiano no conoce bien la palabra mantenimiento, ni en el canal del Dique ni en ninguna otra parte, como si el objetivo fuese repetir las obras en vez de hacer que duren muchos años.
La verdad es que la solución definitiva e integral es hacer las obras del canal del Dique cuanto antes, como son las dos esclusas, una en Calamar y la otra en el vecindario de Puerto Badel, además de los trabajos complementarios. De esta manera se garantiza que el sedimento no siga entrando al Dique, y tampoco las crecientes, por lo que los trabajos para proteger los pueblos ribereños quedarán como un factor más de seguridad, pero sin uso verdadero, afortunadamente, porque las compuertas regularán el caudal sin importar que el que lleve el río Magdalena sea grande y poderoso.
Las compuertas y sus obras complementarias también garantizarán que la fauna tenga acceso a las ciénagas y que estas reciban agua sin sedimentos, ayudando a recuperar todos los cuerpos de agua aledaños, mejorando así la calidad de vida de los pueblos del Dique y de los de las ciénagas vecinas.
Y también, salvando la bahía de Cartagena, que de seguir la sedimentación como va, en solo 7 años quedaría interrumpida la entrada al puerto por el delta que avanza a toda velocidad hacia Tierrabomba.
Aunque se espera verano y por lo pronto caudales disminuidos del Cauca y del Magdalena, y por lo mismo del Dique, es muy importante la inspección que harán las autoridades para determinar qué está pasando hoy con las obras de protección de los pueblos del canal del Dique de Atlántico y de Bolívar.
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