Tal como lo anticipamos en este espacio hace pocos días, y según nos informó ayer el gobernador de Bolívar, Juan Carlos Gossaín, está demorado el puente de Yatí-Bodega y en veremos la doble calzada entre Corralito y El Viso, incluyendo por supuesto la otra calzada del puente de Gambote, es decir, otra estructura idéntica a la que se debe inaugurar hoy.
Según Juan Carlos Gossaín, el director del Fondo Adaptación, Germán Arce, le informó que nada de lo que le prometieron a Bolívar la anterior ministra de Transporte, Cecilia Álvarez Correa y el propio presidente Santos, está en ninguno de los convenios entre este departamento y esa entidad.
Es decir, las dobles calzadas antes mencionadas, que nos hicieron pensar que estaban garantizadas, son apenas quimeras de los bolivarenses y burla de los funcionarios de Bogotá. Todas las noticias publicadas en este y otros medios acerca de las ofertas del Gobierno Nacional, que ahora son evidencia sólida de las promesas negadas con cinismo, resultaron ser puro cuento.
También nos informó el gobernador que de 54 infraestructuras hospitalarias, es decir, clínicas, que le prometió financiar el alto gobierno para Bolívar, solo reconoce 10 el Fondo Adaptación y están atrasadas porque esa entidad hizo mal los planos, los que la Gobernación ha tenido que corregir.
Y tampoco hay dinero para otras obras en Bolívar, como algunas transversales indispensables para nuestra región, para no hablar de la renuencia para garantizar la doble calzada en todos los tramos entre Cartagena y Barranquilla. Ambas vías de entrada y salida a Cartagena, por el norte y por el sur, tienen que manejar un tráfico altísimo en cada temporada de vacaciones pero algunos funcionarios veleidosos creen que porque las recorrieron parcialmente cualquier día sin ver trancones, las vías son suficientes como están, y la insistencia de Bolívar y Cartagena en ellas es pura necedad. Qué tal ese criterio “técnico”.
La discriminación contra Bolívar y contra Cartagena en este Gobierno es más que evidente y los votantes la deben tener en la cabeza en las próximas elecciones. Cualquier mermelada que asome en el horizonte para cualquier sector, con la intención de resquebrajar la unidad que necesitamos, debe ser rechazada con fuerza, sin olvidar el hecho histórico comprobable de que los máximos y más duraderos progresos individuales se logran cuando una sociedad entera defiende los intereses colectivos.
Las comparaciones son odiosas, pero a otros departamentos cercanos les ha garantizado este Gobierno algunas obras de gran envergadura, incluido un puente gigantesco que bien merecen el vecino y la región, pero que hacen obvio el trato desigual y despectivo con respecto a nuestro departamento y ciudad.
Reiteramos lo que hemos venido proponiendo aquí desde hace mucho tiempo: la clase política, el sector privado, las organizaciones sociales y toda la comunidad tienen que aliarse monolíticamente para sacar adelante los proyectos indispensables de Bolívar y de Cartagena. Si no, estamos perdidos.
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