Editorial


Hay que votar en el plebiscito mañana

EL UNIVERSAL

01 de octubre de 2016 08:51 AM

La última vez que hubo un plebiscito en Colombia fue el 1 de diciembre de 1957 y este marcó el final de la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, o mejor, el fin de la transición propiciada por una junta militar. El plebiscito aprobó una reforma constitucional y se instauró así la alternación en el poder entre los partidos Liberal y Conservador, en el que se llamó Frente Nacional. Las mujeres tendrían igualdad de derechos políticos junto con los hombres; se incluían 16 años de “paridad”, es decir, la burocracia se dividiría entre liberales y conservadores estrictamente por la mitad; y se tomaron otras medidas.

El plebiscito de mañana debe decirle Sí o No a los acuerdos de paz entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc, que como todos sabemos resultaron de cuatro años de negociación en La Habana, Cuba, y que fueron firmados el 26 de septiembre pasado en el Patio de Banderas del Centro de Convenciones Cartagena de Indias.

Desde que se supo del acuerdo en La Habana el país ha estado sometido a un bombardeo de información y desinformación por partidarios de ambos bandos, con frecuencia con una pugnacidad que en nada contribuye a un clima de paz entre los colombianos. El documento suscrito entre las partes tiene 297 páginas, las cuales algunos pocos ciudadanos leyeron completas.

Quienes apoyan el Sí en el plebiscito aseguran que después de cuatro años de negociación en La Habana no es posible renegociar nada, y que de ganar el No, las partes volverían de inmediato a la guerra. Esta posición la sostiene el Gobierno y la han afirmado algunos de los jefes de las Farc.

Los partidarios del No, por su parte, aseguran que votar en este sentido no es hacerlo contra la paz ni significaría la guerra de nuevo, sino que serviría para “corregir” algunos puntos que no son constitucionales, según esta opinión, para llegar así a una paz más ceñida a la Constitución.

Como sucede con frecuencia antes de una elección en Colombia, han circulado muchos rumores absurdos, incluyendo uno que afirma que habrá bolígrafos cuya tinta se desaparecerá pasadas unas horas para que quienes manejan los escrutinios puedan marcar las papeletas a su antojo. Por supuesto, cualquier votante puede usar su propio bolígrafo, cosa que desmiente este rumor.

Abstenerse en esta elección, como en cualquier otra, equivale a dejar que otras personas decidan por quien no vota, lo cual derrota el propósito mismo de la democracia participativa, que es una forma mucho más amplia de ser un ciudadano.

Lo único cierto es que todos los colombianos deberían a salir a votar mañana en el plebiscito en el sentido que les dicte su conciencia, y que cualquiera que sea el resultado, los colombianos puedan respetarse y no recurrir a las agresiones de ninguna especie, sino al respeto mutuo.

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