Editorial


Incendios por robar cables de cobre

Tres regiones de Colombia están en serio peligro ahora mismo debido a los incendios forestales, que amenazan arrasar no solamente vastas extensiones de bosque y destruir nuestro respiradero, sino que los habitantes de ellas ven sus casas a punto de sucumbir ante las llamas: Valle, Tolima y Boyacá, y en los tres casos el fuego es producto de la acción humana irresponsable.

En ciertas épocas de escasa lluvia en ciertas zonas geográficas del país, y a pesar de los miles de antecedentes, los campesinos siguen ejecutando quemas imprudentes, sabiendo que las llamas pueden propagarse fácilmente y sus consecuencias son inclementes. Es una historia repetida cada año, que le trae incontables perjuicios a Colombia. En otros casos, cazadores furtivos queman una tierra para obligar a salir los animales y cazarlos.

En Cartagena, es habitual ver una nube de humo saliendo del cerro de La Popa y extenderse un olor a caucho quemado por los barrios aledaños, pero las autoridades ambientales de la ciudad le hacen poco caso a este hecho, a pesar de que en cualquier momento puede desembocar en un incendio enorme en las faldas de ese cerro.

Según los vecinos de Lo Amador, son drogadictos que roban cable eléctrico de las casas y de las calles, arriesgando electrocutarse, y luego lo queman para extraer el cobre y venderlo para obtener con qué comprar la droga. Numerosas veces han puesto en conocimiento de la Policía el asunto, pero no han logrado poner en cintura a estos pirómanos.

Parte de la responsabilidad la tienen los propietarios de ferreterías o negocios similares que compran el cobre extraído del cable robado, a sabiendas de que cometen un delito. Al mismo tiempo causan tres perjuicios a la comunidad: la someten a los inconvenientes en el servicio de energía al dañar las redes; contaminan el ambiente con estas quemas sucesivas; y crean las condiciones propicias para que se produzcan incendios forestales en La Popa cuyas consecuencias son catastróficas.

El Cuerpo de Bomberos de Cartagena ha prevenido a la gente en toda la ciudad, respecto a las quemas de basuras en zonas de monte, pero controlar la quema de cable corresponde a las autoridades de policía, pues aquí se cometen varios delitos. Dejar que lo hagan es someter a la gente a serios perjuicios que son irreparables. Y también hay que judicializar a quienes compran este cobre.

Una de las razones que aduce Electricaribe para sucesivos y largos cortes de energía en distintos sectores de la ciudad es precisamente el robo de cables, y a juzgar por las quejas de los habitantes de zonas cercanas a La Popa, el robo y las quemas son cuestión de cada día.

Protejamos las redes eléctricas e impidamos que se produzca en el cerro una conflagración sin precedentes, pero para ello, los vecinos necesitan la colaboración de la Policía, y viceversa.

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