Editorial


Juventud intolerante

La intolerancia está matando a los jóvenes en Cartagena. El mes pasado, de los 26 asesinados que reportaron las autoridades, solamente uno era mayor de 40 años. Once de esos 25 jóvenes murieron en riñas.

Noviembre cerró con un caso reprochable. Dos muchachos atacaron a Sergio Andrés Naranjo cuando reclamaba que le devolvieran su moto. Uno de los agresores lo desestabilizó con un palazo por las piernas, mientras que el otro le enterró un destornillador en la cabeza.

Sergio murió cinco días después de luchar por sobrevivir, se fue con un montón de sueños por cumplir, pues apenas tenía 20 años.

Los dos jóvenes sindicados de la agresión ya fueron capturados por la Policía y eso es positivo, pero lamentablemente nada hará que Sergio vuelva a abrazar a su madre, quien en la sección de Facetas del domingo pasado pudo relatar su amor infinito hacia el menor de sus hijos.

Una semana después de conocerse la muerte de Sergio Andrés, hubo otro crimen que no solo indignó a la juventud, sino también a la comunidad estudiantil.

A Juan Camilo Martínez un compañero de colegio le asestó una letal puñalada en la espalda.

Todo ocurrió frente al colegio Nuevo Bosque, donde ambos jóvenes buscaban la toga que vestirían en la ceremonia de graduación que se iba a realizar en apenas unos días. El muerto, de 19 años, y el capturado, de 17, se trenzaron en una pelea, uno con machete y el otro con una navaja ante la mirada de otros estudiantes que los rodeaban.

La ciudad no salía de su asombro cuando en otra reyerta, volvió a correr sangre joven.

Fabio Enrique Julio Teherán, de 23 años, fue asesinado en la madrugada del viernes en la entrada del barrio Las Gaviotas a la salida de una discoteca. Fabio, quien fue estudiante de Comunicación Social en la Universidad de Cartagena, recibió una cuchillada mortal en su entrepierna. En el video se ve a gente que parece disfrutar de la pelea mientras graba con el celular.

Fueron tres jóvenes, que juntos, no suman más de 62 años. Indigna que la intolerancia esté acabando con nuestra juventud.

Sabemos que son varios los factores que inciden, desde los valores que se aprenden en casa, hasta la corrupción que ha afectado a la ciudad y que se traduce en pobreza y desigualdad.

Las noticias que publicamos sobre el PAE y los pésimos resultados en Cartagena y Bolívar en las pruebas Saber no son simple coincidencia. 

Ayer hubo una marcha convocada por la misma ciudadanía, cansada de que estos casos se sigan dando y no pase nada, cuando es deber del Estado dar garantías para una vida normal de los jóvenes.

 



 

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