Editorial


La aftosa, ¿de nuevo una debacle?

La temible y muy contagiosa fiebre aftosa no solo ataca al ganado vacuno, sino a todos los animales de pezuña hendida, como cabras, ovejas y cerdos entre otros. Se llama así porque a los afectados les salen aftas, o vejigas que se vuelven úlceras, tanto en la boca como en los cascos, y mudan la piel de la lengua además de quedar cojos durante varios meses porque los cascos se les separan en la línea de pelo.

La enfermedad en sí, que es viral, es de duración corta, pero su secuela es terrible en el sufrimiento que le causa a los animales, además de impedirles comer y poder andar para buscar la comida en los potreros. Los animales que se salvan de la enfermedad nunca son iguales de productivos y además quedan con el miocardio debilitado, y deben ser sacrificados de todos modos por esa razón aunque parecieran sanos. La fiebre aftosa es una gran tragedia no solo para los animales que la sufren, sino para los ganaderos, que pueden quedar en la ruina de un día para otro.

Colombia era hasta hace pocos meses un país libre de fiebre aftosa por vacunación, lo que se logró con una gran y disciplinada organización del Estado a través del ICA, aliada al sector privado, en este caso Fedegán. Esta organización no puede tener altibajos ni bajar jamás la guardia, y a eso se debió el éxito de la campaña que al fin abrió el mercado mundial a la carne bovina de Colombia, y cuando  no desfallece este esfuerzo, se mantiene a raya la enfermedad. Son más propensos a los brotes de aftosa los departamentos fronterizos con Venezuela, de donde vino la enfermedad a Colombia originalmente, y de donde se cree que pudo venir este brote, ya que en el país vecino todos esos programas están descuidados, y la aftosa se controla solo cuando todo el mundo vacuna a lado y lado de la frontera. No sabemos los detalles de este brote, pero puede haber surgido de los movimientos ilegales de ganado en las zonas fronterizas, especialmente de Venezuela a Colombia.

Sea como fuere, el daño causado es enorme porque aunque el brote no se riegue más dada la respuesta inmediata y que parece contundente, hay alarma internacional con la carne colombiana y sobre todo con el ganado en pie proveniente de este país, dada la facilidad con que se transmite el virus entre animales o en la ropa y calzado de los humanos, o en las llantas de los vehículos que estuvieron en zonas donde hay o hubo brotes.

Las autoridades no se pueden descuidar un minuto ni correr el riesgo de que este contagio se riegue por el país, y el control fronterizo -especialmente por las trochas- debe ser severo.

 


 

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