Editorial


La doble calzada que quedaría truncada

EDITORIAL

21 de junio de 2014 12:02 AM

Hace unos meses la autoridad nacional pretendía echarse para atrás con respecto a que el puente de Gambote tuviera dos calzadas de dos carriles cada una, alegando que el estudio de tráfico no mostraba que se necesitaba una vía de esa amplitud.

Mientras tanto, los usuarios de esa carretera sufrían trancones diarios que la ANI, que es una entidad seria, no lograba ver. Finalmente, y luego de una gestión del gobernador Juan Carlos Gossaín y de la presión de los gremios y otras instancias de la ciudad, incluido El Universal, quien  alertó a la comunidad de lo que se pretendía hacer, el Gobierno volvió a su propósito original de las dos calzadas y cuatro carriles, aunque se construiría una primero y otra después, como sucede, en vez de hacerlas ambas al tiempo.

De la misma manera, la Vía del Mar entre Cartagena y Puerto Colombia, en el Atlántico, mal llamada Vía al Mar, fue planificada de doble calzada y ahora el Gobierno pretende echarse para atrás con este proyecto y hacer apenas 22 kilómetros de doble calzada del total de 109 kilómetros.

El Comité Intergremial de Bolívar está dando la pelea, pero de nuevo hay que unir a toda la comunidad bolivarense tras este propósito de desarrollo regional. Su presidente, Rafael Simón del Castillo T., dijo: “Esto significa que el 70% de la Vía del Mar quedaría en una sola calzada, originándose un embudo en el tramo entre Marahuaco y Puerto Velero, que generaría impactos negativos en la movilidad”. “Que se haga la doble calzada en toda la extensión de la vía, como estaba comprometida en años anteriores”, expresó Rafael Simón Del Castillo, presidente del Consejo Gremial de Bolívar (CGB)”.

Los argumentos basados en estudios de tráfico nunca pueden ser ignorados, pero no pueden ser el único factor para determinar cuándo hacer ciertas vías y cuándo no. En muchas ocasiones la existencia de una infraestructura vial amplia ocasiona la demanda que faltaba, mientras la falta de ella con demasiada frecuencia desestimula a los inversionistas.

Cada día el turismo es más importante para el país y darle buenas vías es un costo de oportunidad que tiene que asumir el Estado. Si el turismo nacional entre la Costa Caribe y el interior del país es una política de Estado no puede ser que en las temporadas los trancones sean insoportables, como ocurre entre Barranquilla y Santa Marta, especialmente entre Ciénaga y el puente Pumarejo, o entre Barranquilla y Puerto Colombia, y por supuesto entre Cartagena y Barranquilla por la vía de dos carriles de hoy. Las dobles calzadas son una necesidad desde la Guajira hasta el Golfo de Morrosquillo y quizá hasta Turbo. El dilema del orden entre el huevo y la gallina tiene una respuesta obvia en este caso: hacer las dobles calzadas cuanto antes, como las hay en el Eje Cafetero, por ejemplo.

El presidente Santos no ha hecho sino cacarear los votos que logró en el Caribe colombiano, llegando a decir que fue esta región la que definió su elección.
Es hora de comenzar a cumplirle a este litoral en este caso y en muchos otros.

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