Editorial


La falta de autoridad

El deterioro de la movilidad en Cartagena tiene varias causas. La más importante es la falta de vías para cubrir el crecimiento de la ciudad, pero hay otras que se pueden subsanar de manera inmediata, y esa es la costumbre de ciertos conductores de manejar su vehículo de la manera en que causan mayores obstáculos al libre flujo de tránsito.

El mayor problema lo constituyen los buses y busetas del viejo servicio urbano que en su afán de conseguir pasajeros se paran en la mitad de las vías cuando los semáforos están en verde, van muy rápido o muy despacio, o se atraviesan intespestivamente; en segundo lugar están los taxis, particularmente los que llaman zapaticos, especialistas en hacer maniobras peligrosas, constituyendo un gran riesgo para los demás conductores o los peatones; en tercer lugar están las motos, cuyos dueños acostumbran ir por las aceras y hacen eses en plenas calles sin tener en cuenta que no están solos y que las estadísticas dicen que cada dos días hay un accidente donde está involucrada una de ellas; en cuarto lugar están los carros particulares que se detienen a realizar sus diligencias, a hablar por celular, o estacionan en cualquier lugar, sin tener en cuenta a los demás. En los cuatro casos hay un problema que es constate en nuestra ciudad: la falta de autoridad que ponga freno a estos abusos que contribuyen a que el promedio de la velocidad de circulación sea tan bajo y son causa, además, de accidentes cotidianos.

Es preciso que mientras la gente se concientiza de sus responsabilidades, los policías de tránsito pongan en cintura a los conductores díscolos o quienes creen que las vías son suyas. Es verdad que son pocos, pero deben ser más severos. En Cartagena prima la indisciplina y es una necesidad que todos entiendan el valor de las autoridades y no se las pasen por la faja. Si todos acatamos las normas, seguramente la movilidad tendrá una notable mejoría y todos los ciudadanos podemos vivir mejor.

La autoridad se ejerce no dejando estacionar en las calles de alta circulación, como ocurre con varias arterias, incluida la Avenida Jiménez, donde por la gran cantidad de negocios, muchos vehículos han tomado la vía para detenerse, lo cual hace lenta la circulación y ocasiona accidentes graves. La autoridad se ejerce controlando a los buses de servicio urbano, que por fortuna muy pronto serán reemplazados en toda la ciudad por los vehículos del sistema Transcaribe. La autoridad se ejerce cuando se evita que los taxis establezcan una estación en sitios altamente concurridos, como está ocurriendo en el Muelle de la Bodeguita. La autoridad se ejerce cuando se sanciona a los motoristas o mototaxistas, cuando estos ejecutan actos que incumplen las normas de tránsito.

La causa fundamental de todas nuestras dificultades es la falta de autoridad, que en nuestra ciudad es el pan de cada día. Cuando ese inconveniente desaparezca, Cartagena empezará a tener las ventajas de una ciudad amable con propios y visitantes.

 

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