La Organización Mundial de la Salud enumera los beneficios de la lactancia natural exclusiva: reduce la mortalidad por enfermedades de infancia, favorece a la rápida mejoría en enfermedades; beneficia a la madre al ayudar a espaciar los embarazos, reduce riesgos de cáncer de ovarios y mamas, así como por su gratuidad contribuye a sostener la economía de la familia y fortalece el vínculo entre madre e hijo.
En Colombia, este tipo de lactancia -que debería ser exclusiva hasta los 6 meses- solo alcanza en promedio los 1,8 meses según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
En Cartagena esta cifra no solo se refleja en la lactancia regular, sino en los bebés prematuros a quienes sus madres no pueden dar la toda su alimentación y requieren de bancos de leche humana, como el que hay en la ESE Maternidad Rafael Calvo, que está en crisis de donantes desde julio del año pasado.
Hace un mes, la reserva fue insuficiente: de 20 pacientes solo 8 pudieron recibir el líquido y no de manera constante. Ana Yepes, coordinadora del banco dijo que “fueron ocho receptores, pero eso no significa que durante todo su periodo de estancia hospitalaria pudimos suministrarles la leche, porque no tenemos grandes cantidades. Se les suministra a los que estén más graves, con menos de 1.500 gramos de peso y a los que están infectados”.
El tipo de lactancia que elija una mujer y las donaciones en el banco están directamente relacionadas: entre más mujeres lactan, más posibilidades hay de que alguna tenga excedentes de leche y sea donante, por lo que la ESE siempre hace campañas para promover la lactancia materna exclusiva.
El Icbf también promueve actividades para recordar la importancia de la leche humana, la más reciente es “Soy valiente”, recalcando a las madres las razones por las que lactar es una de las más grandes muestras de amor. Es positivo que a través de esta campaña el Icbf explicara de forma didáctica los tantos mitos alrededor de dar leche de teta, pero más positivo sería que estos programas dieran su fruto y que desde los círculos familiares se deslegitimen creencias que vienen desde las abuelas, tías y madres, y que predisponen a las madres primerizas contra lactar de manera exclusiva.
Como lo dice Lorena Beltrán, directora y fundadora de Amamantar, un grupo local de apoyo a la lactancia materna, es mentira que hay mujeres que no producen leche, o que es un problema heredado; tampoco importa el tamaño de los senos, pues las glándulas mamarias están en todos ellos; no es cierto que cuando el niño queda con hambre se le debe dar otro alimento ni que hay leches de baja calidad. Uno de los motivos que más inciden en que a una madre no le ‘baje’ leche es porque está mal informada y decide no lactar. Así que no esperemos que sea agosto -el mes internacional de la lactancia materna- para buscar información, y no dejemos pasar el año sacando excusas para no amamantar.
La lactancia exclusiva puede salvar las vidas de los hijos, así como las de los niños prematuros a quienes sus madres no pueden alimentar y que requieren esa leche más que cualquier otra medicina.
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