Editorial


La inseguridad insular

EL UNIVERSAL

08 de junio de 2017 12:00 AM

Luego del atraco de unos extranjeros en un hotel de la punta de Barú, las autoridades y la comunidad hicieron algunas reuniones para entender mejor el problema y tratar de evitar que se repitan estos actos criminales, que además de atentar de una manera descarada y violenta contra los derechos de las personas, también son un atentado directo contra la industria del turismo, de la que debería poder vivir una isla como Barú dados sus atractivos naturales, especialmente sus arenas blancas y mares cristalinos, auténticamente caribes.

A pesar de las reuniones y de las buenas intenciones colectivas, siguen los atracos y algunos problemas mayores tanto en Barú como en las islas del Rosario, como que los delincuentes, por solidaridad o por miedo a sus retaliaciones, son protegidos por buena parte de la comunidad, la que se rebotó cuando las autoridades intentaron detener a un sospechoso en el pueblo de Barú. Y en estos días, además de atracar a unas extranjeras en las islas del Rosario, unos bandidos acuchillaron al cuidandero de una casa en Cholón, robándose algunos elementos.

En el trasfondo está el fenómeno del microtráfico, que tiene azotada a la juventud de la mayoría de las comunidades isleñas, incluyendo a la de Tierrabomba, Isla Grande y los distintos pueblos de Barú.

Falta también un cuartelillo de Policía en Barú que cuente con suficiente gente y que tenga las protecciones y comodidades debidas para los agentes, y a la vez se necesita que la gente pueda poner las denuncias en las distintas islas sin tener que ir a Cartagena a la Fiscalía, lo que solo incrementa la impunidad.

El riesgo en las áreas insulares no es solo el de los atracos a personas y viviendas de recreo, sino el que las casas privadas sean usadas por la delincuencia para guardar mercancía robada o para acopiar droga antes de ‘exportarla’ en lanchas rápidas, obligando a los cuidanderos a colaborar o a someterse a las consecuencias si se niegan a hacerlo.

Este problema solo se puede arreglar con una campaña constante de todas las autoridades trabajando de verdad y al unísono en colaboración con el sector turístico, con las comunidades y con los propietarios de casas y lotes para cerrarles los espacios a la delincuencia, lo que incluye no solo tener suficientes policías y efectivos de la Armada con equipos  para moverse por tierra y agua,  sino tomar medidas para que no puedan ser permeadas las autoridades de ninguna manera. Es imperativo desarticular todas las bandas delincuenciales de las zonas insulares.

 


 

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