La ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Lorena Gutiérrez, le dijo anteayer a El Universal que uno de los proyectos de su cartera y del Gobierno nacional era desarrollar el turismo en los Montes de María, especialmente el de naturaleza y el cultural, y se refirió específicamente al avistamiento de aves, popularmente llamado pajareo.
Afortunadamente el avistamiento de aves ya no es considerado como una actividad exótica y foránea, sino como una manera inteligente de preservar la fauna y flora y sacarles además mucho dinero para el país y especialmente para las gentes de los sectores donde se practique.
El pajareo, sin embargo, no es una actividad que se pueda tomar a la ligera, como pareciera indicarlo el nombre, y para que sea productivo y respetuoso del ambiente debe ser serio y cumplir condiciones técnicas indispensables, como poder garantizar que la lista de aves emitida por la autoridad ambiental o turística para cada zona sea acertada, y ojalá avalada por una entidad científica o persona seria y de prestigio, lo que atrae a los pajareros de quilates, que ayudan a incrementar la buena reputación de los destinos de naturaleza.
De manera llana, el objetivo de los observadores de aves es chulear en su libreta cada especie de ave vista, y por supuesto, tienen listas de las que quisieran ver y no pueden viajar a los sitios donde están sin la garantía de que las hay allí. Y además, les toman fotos, que es el complemento de descargarlas de su lista.
El pajareo serio, que, insistimos, es el productivo, requiere una organización con disciplina y gente con conocimientos, y no guías improvisados, exagerados ni mucho menos mentirosos, por lo que la ministra debe exigir estándares técnicos altos para las empresas que operen esta actividad, y debe ejercer una vigilancia permanente para que se mantenga la calidad y no surjan operadores espontáneos que destruyan la credibilidad del destino en el ámbito internacional. La Serranía de San Lucas es un paraíso para avistar aves, o al menos lo era antes de la destrucción de los bosques por la siembra de coca auspiciada por los distintos grupos de delincuentes que mandan allá.
Avistar aves exige una naturaleza integral y sana, con bosques naturales intocados para que la pirámide natural exista sin interrupciones.
Para Montes de María y para el resto de Bolívar esta y otras actividades son una manera de conservar las reservas naturales y explotarlas de manera sostenible. Ojalá la ministra Gutiérrez logre su objetivo, porque así todos ganamos.
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