Editorial


La Niña parece venir con ganas

EL UNIVERSAL

17 de abril de 2016 12:00 AM

Cada día hay más anuncios de que la llegada del fenómeno meteorológico de La Niña es inminente. Las autoridades de Panamá, por ejemplo, sitúan su llegada a ese país entre mayo y junio de este año. En Colombia podría ocurrir algo similar.

Las implicaciones son tremendas porque pasaremos de la extrema sequía a la extrema humedad en un santiamén. Y lo peor es que no hemos aprovechado las oportunidades de la sequía para hacer las obras de infraestructura requeridas para aminorar los efectos de la lluvia excesiva y a la vez tener dónde guardarla para usarla en las sequías. Hemos desperdiciado la oportunidad de oro para prepararnos, a pesar de estar bien informados de los vaivenes climáticos extremos desde hace varios años.

El campo está devastado por la sequía y si llueve duro desde el principio no habrá vegetación que contenga el agua lo suficiente para impedir la erosión del área rural, incluidos caminos terciarios.

Los postes de energía de extramuros, algunos atiborrados de rollos de alambre para servicios de internet, causándoles un sobrepeso en la parte alta, serán los primeros en caer. Este sobrepeso y la tensión de los cables eléctricos, más la falta de buenos anclajes para contrarrestar esta presión, serán una combinación funesta y le sumarán a los problemas de apagones a la ya delicada red eléctrica del Caribe.

En la Cartagena urbana la situación es más esperanzadora, porque al menos hay mucha más conciencia del problema y varias administraciones vienen trabajando en el Plan 4C: Cartagena Competitiva y Compatible con el Clima, en el que está involucrado el Invemar y otras entidades que aportan conocimiento técnico.

El Distrito acaba de lanzar un concurso para que se diseñe el primer barrio adaptado al cambio climático, en este caso Boston.

Ojalá que este diseño no sea para pobres, sino para pobres que van a ser ricos, ya que la propiedad raíz de Boston podría estar entre la más costosa de la ciudad, según sugiere el arquitecto cartagenero Álvaro Royo Bárcenas, consultado por El Universal, y quien vive en China hace 14 años, en donde se han hecho profundas transformaciones urbanas. Royo enfatiza que los habitantes de Boston deben ser partícipes en el proyecto, y no meros espectadores inconsultos. Si se hace bien, decimos nosotros, debería ser la propiedad raíz más valiosa de Colombia, y no solo de Cartagena. Esa debería ser la actitud de cualquier renovación urbana en una ciudad con tanta belleza paisajística y riqueza de agua en su entorno.

El proyecto de Boston lo lidera la Secretaria de Planeación, y lo promueve Invest in Cartagena, a través de la Sociedad de Arquitectos de Colombia, y es apoyado financieramente por la Alianza Clima y Desarrollo (CDKN).

Entretanto, ojalá que La Niña no nos coja mirando lejos, sino lo mejor preparados posible a pesar de tantas imprevisiones.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS