Editorial


La palizada del Magdalena

Cormagdalena y otras entidades anunciaron que viaja por el río Magdalena una cantidad inusitada de madera en bruto, troncos de árboles y sus ramas, y que el material flotante tiene entre 5 kilómetros y siete kilómetros de longitud, por 10 metros de ancho, medidas que por supuesto pueden variar según brisa, corriente y profundidad del río, pero que sirven para dar una idea de la magnitud de esta “maderada”, como la están llamando las autoridades, las que también han dicho que avanza 100 kilómetros diarios río abajo. Cormagdalena dio la voz de alerta para que las autoridades de cada lugar estén prestas a defender sus acueductos e igualmente previno a los distintos navegantes del río, desde los chaluperos hasta los remolcadores.

Es bastante obvio que esta cantidad de madera suelta de madrina en el río Magdalena puede hacer mucho daño, desde romper hélices y colas de los motores fuera de borda de las chalupas, hasta hacerlas voltear, especialmente a quienes navegan de noche. Para los remolcadores también son un gran riesgo porque pueden dañar ejes, hélices y timones, además de averiar los cascos, incluidos los de los bongos que estos empujan.

También corren riesgos las infraestructuras portuarias de los pueblos, algunas construidas con gran esfuerzo en mampostería, mientras otras son planchones amarrados a la orilla. Si esta palizada le llega a pegar de lleno a cualquiera los daños podrían ser enormes.

De este evento todo inquieta, pero lo que más preocupa es lo que no se ha dicho aún en detalle. Nos dijeron que esta madera salió del río Carare, en Santander, pero no se sabe aún por qué, ni cuándo la cortaron, quién lo hizo, ni qué clase de madera es, ni por qué no quedó asegurada. Es normal que uno que otro árbol vaya a dar al río por cualquier motivo, pero una maderada de siete kilómetros de largo por diez metros de ancho necesita una explicación pronta, completa y creíble.

¿Cuántas hectáreas fueron deforestadas para que tantos árboles llegaran al río? ¿Por qué no los aseguraron donde los cortaron? ¿De quién es la responsabilidad de haber impedido que esto sucediera? ¿De quién es la responsabilidad por los daños que haga en el río?

La madera pasará por Calamar y quizá alguna entre al canal del Dique si no hay lanchas adecuadas con suficiente personal  tratando de impedirlo, así que también es un peligro potencial para la bahía de Cartagena y su navegación, que ya tiene suficientes problemas con los aportes de sedimentos del río Magdalena a través de este canal.

Y finalmente, esta gran cantidad de madera irá al Mar Caribe y se diseminará inicialmente por los corredores de navegación de los puertos colombianos y luego irá a aguas internacionales. ¿Tendrá que responder el país por los daños que pueda causar? ¿Habrá alguna sanción internacional por las implicaciones ambientales? ¿Se podrá repetir este hecho insólito?

Las autoridades tienen muchas preguntas que responderle al país.
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¡Feliz cumpleaños Cartagena de Indias!

Nos dijeron que esta madera salió del río Carare, en Santander, pero no se sabe aún por qué, ni cuándo la cortaron, quién lo hizo, ni qué clase de madera es, ni por qué no quedó asegurada.

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