Editorial


La pólvora

Aunque en Cartagena la situación no es tan grave como en otras ciudades del país, no sobra alertar a los padres de familia sobre el peligro de usar la pólvora en estas festividades de Navidad y Año Nuevo, para que después no vengan los lamentos.

En ciudades como Medellín, donde esta costumbre es arraigada desde hace mucho tiempo, ya han iniciado campañas con denuncias anónimas y recompensas, de manera que la administración municipal está preparada para combatir la pólvora que es la causa de muchas muertes, especialmente entre los niños.

Todos los años por esta época, la Alcaldía expide un decreto que prohíbe la fabricación, almacenamiento, venta, transporte, uso, porte y tenencia de cualquier tipo de fuegos artificiales, luces pirotécnicas, pólvora fría, globos y similares; y establece severas sanciones para quien incumpla la norma. En Cartagena es el mismo decreto que se expidió con normas para las Fiestas de Independencia.

En el interior, no ha comenzado el mes de diciembre, y ya hubo los primeros quemados con estos artilugios.

La Alcaldía de Cartagena por fortuna ha sido drástica al luchar contra esta nefasta tradición que anualmente enluta con tragedias a muchas familias del país. En otras partes la mayor parte de las víctimas son menores y casi todos ellos eran espectadores.

Hay en distintas regiones una línea telefónica a la que los ciudadanos pueden hacer sus denuncias y se espera así acabar con este flagelo que provoca muerte y heridas atroces.

En Medellín, por ejemplo, se han fijado multas y drásticas sanciones económicas para quienes compren, vendan o usen pólvora. En algunos casos estarán entre 1 y 20 salarios mínimos; es decir, entre 689.454 pesos y 13,7 millones de pesos. La prohibición estará vigente hasta el 31 de enero de 2017.

Además de las sanciones, se han estipulado incentivos para cualquier información que permita hacer decomisos, y esas recompensas serán proporcionales a la incautación y se entregarán de inmediato.

No se justifica que los padres dejen a sus hijos manipular volcanes, piñas, voladores y similares en esta época, solo porque creen que así los hacen hombres. Por esta nefasta costumbre, muchos niños han resultado quemados y con extremidades perdidas.

Las celebraciones de este fin de año deben hacerse sin poner en peligro a los menores y esto se logra alejándolos de la pólvora y acostumbrándolos a una fiesta sana y creativa. Hay muchas maneras de regocijarse en estas fechas diferentes a hacer estallar aparatos con pólvora.

Poco a poco, los cartageneros raizales y los costeños en general han dejado de usar pólvora en Navidad Año Nuevo, pero todavía quedan quienes lo hacen.

Invitamos a abandonar de una vez por todas esta costumbre y a celebrar las distintas fiestas de manera edificante, sin poner en riesgo a los demás, especialmente a los niños.

Hay en distintas regiones una línea telefónica a la que los ciudadanos pueden hacer sus denuncias y se espera así acabar con este flagelo que provoca muerte y heridas atroces.

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