“¿Hasta cuándo?”, esa es la pregunta que más se escucha cuando un problema es repetitivo y no se vislumbra una solución.
Se oye en los plantones y marchas, en noticieros de radio y se ve de vez en cuando hasta en editoriales como este.
Para esta época, por ejemplo, se usa cuando sale el informe final de los quemados por pólvora en el país, de los muertos y heridos por imprudencia en las carreteras, de los robos de las primas por ladrones que usan todo tipo de estrategias para cogerse lo ajeno, incluyendo las llamadas millonarias.
Y en Cartagena esa pregunta no falta en diciembre. En la portada de ayer de El Universal se publicó una foto con el título: Comenzó el ‘caos navideño en Bazurto’. Nuevamente se refleja el desorden en el sector de la avenida Pedro de Heredia, donde la invasión al espacio público es descomunal, los trancones parecen eternos y los peatones se tiran a la vía sin respetar las cebras o los semáforos.
Es increíble que año tras año se repita la historia y poco o nada cambie para bien. Este desbarajuste no puede aceptarse como una tradición ni una costumbre, porque refleja la falta de autoridad, y sobre todo, la falta de civismo.
La Policía de Tránsito, la Oficina de Espacio Público, y demás autoridades del Distrito deben prever este caos, sin embargo, parecen no ponerse de acuerdo a tiempo y se espera que el problema llegue y luego es más difícil actuar.
Una queja en cada Navidad y Fin de Año es la del abuso contra habitantes locales y turistas en los precios de algunas comidas, especialmente en la playa, donde también volvemos a escuchar las quejas de acoso de varios vendedores que no entienden un no como respuesta.
Las autoridades trabajan cada año para tratar de controlar este asunto, pero hasta ahora nada ha bastado. Hace poco se activaron seis Centros de Atención al Turista y a locales en diferentes puntos de Cartagena, y ojalá se logre el objetivo.
Otra queja fija en estos días es contra la mayoría de los taxistas que buscan hacer su agosto en diciembre. Ya salió el comunicado del DATT repitiendo lo mismo que todos los años: no hay aumento autorizado en las tarifas de taxis, y cobrar prima navideña es ilegal. Recuerda también que la tarifa mínima de taxis para este año es de $6.700 y el recargo nocturno (de 9 p. m. a 5 a. m.) es de $500.
La realidad es otra y en la calle, por estos días, tomar un taxi es una tortura. Frases como “para allá no voy” o cobrar el doble o hasta el triple por una carrera es ya una costumbre.
Hay que reconocer que el DATT puso a disposición una línea telefónica para que la gente denuncie los abusos de los taxistas, lo extraño es que nada de esto debería pasar si cada vehículo porta la tarjeta de control y el conductor cobra lo justo.
¿Hasta cuándo escucharemos la promesa de que habrá taxímetro?
¿Hasta cuándo seguiremos escribiendo todos los años de lo mismo?
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