Ayer cayó sobre Bogotá un aguacero descomunal que produjo trastornos de toda clase y creó un grave problema de movilidad para el que la Capital no estaba preparada, lo cual obligó a los organismos de socorro a tomar medidas transitorias y urgentes para que la situación no se transformara en una catástrofe de grandes dimensiones.
En Colombia estamos acostumbrados a enfrentarnos a los asuntos cuando ya son inevitables y poco empleamos la cultura de la prevención, de manera que tragedias como las inundaciones nos siguen tomando sin estar preparados, aunque se repiten cada año. En Bolívar, la situación es especialmente crítica, y nos preguntamos qué han hecho los municipios ribereños en estos largos meses de sequía para evitar las inundaciones o nuevamente estarán desprevenidos los gobiernos municipales, recogiendo colchones y cobijas.
Los jarillones de aquellos pueblos situados a la orilla de los ríos deben repetir cada cierto tiempo un sufrimiento que se repite incesantemente y que puede ser fácilmente solucionado. Los municipios deben destinar los recursos necesarios para enfrentarse a esta dificultad, pero no lo hacen, dirigiendo sus prioridades a otras cosas.
En Cartagena, la dificultad está en los canales, que deben estar limpios y adecuados antes de que se venga el invierno, que este año será mucho más fuerte que los usuales, según las predicciones del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam), que no descarta incluso la llegada del fenómeno de La Niña, con precipitaciones enormes y alto riesgo para aquellas poblaciones que estén cerca de los cuerpos de agua.
Se limpiaron ya de desperdicios, pero la gente sigue siendo inconsciente y depositando en ellos toda clase de basuras a pesar de las campañas. Esta es una costumbre que no se desarraigará con consignas a través de los medios, así que debe aplicarse mucha, pero mucha y más férrea autoridad. El Distrito contrató la limpieza con los consorcios de aseo de la ciudad, pero esto no es suficiente y se requiere una decidida colaboración ciudadana y no limitarse a defenderse contra las inundaciones, sino impedir las invasiones levantadas en zonas de alto riesgo.
En definitiva, los canales están sucios y ya el Distrito anunció que se encargará directamente de su limpieza. El problema es que lo hará cuando ya hayan llegado las lluvias. Y mientras tanto, lo que ya limpiaron los consorcios lo volvieron a ensuciar. Promoambiental Caribe S.A ESP. reportó haber recogido y dispuesto en el relleno un total de 155.257 toneladas de desperdicios a diciembre de 2015.
¿Por qué se volvieron a taponar estos canales? Porque alguien arrojó sistemáticamente basuras allí y la única herramienta a mano para evitar este comportamiento -el comparendo ambiental- es muy demorada.
Comentarios ()