Editorial


La segunda “BiciCartagena”

A través de los años hemos apoyado en El Universal el deporte, no solo el formal de competencia, sino el ciudadano practicado en los barrios de Cartagena y en el resto del departamento de Bolívar. Entre estos se destaca el ciclismo, que dicho sea de paso, tomó un auge enorme en Cartagena y sus áreas de influencia, tanto el de ruta como el ciclomontañismo, y se percibe gran entusiasmo por ambos.

Eso está muy bien, pero las autoridades de Cartagena le han puesto muy poco interés al ciclismo ciudadano común y corriente, el que consta de las personas que quieren usar su bicicleta como medio de transporte con la doble finalidad de ahorrarse el dinero del transporte público y a la vez mejorar su salud a través del ejercicio.

Cartagena tiene todas las condiciones naturales y paisajísticas para que el ciclismo rutinario sea agradable y eficiente, ya que es una ciudad plana y tiene un régimen climático mayoritariamente seco, y cuando llueve suele hacerlo intensamente y durante un tiempo corto. Pero todo lo demás va en contra de este medio de transporte, especialmente la falta de ciclovías donde pedalear en forma segura.

Las vías de ahora son una jungla en la que el ciclista es el eslabón menor en la cadena, y tiene que tratar de sobrevivir la agresividad de todos los vehículos motorizados, la mayoría de cuyos conductores tienen poca consideración, pasándole las distintas carrocerías a pocos centímetros del cuerpo, haciendo más probables los accidentes y desestimulando usar las bicicletas por puro instinto de conservación.

Y luego está la falta de sombra, que es grave en la ciudad, pero de todos modos la mayoría de los ciclistas rutinarios se mueven entre su casa y el trabajo en las madrugadas y en las tardes, con mayor fresco.

Este domingo se hará la “II BiciCartagena, Pedaleando por una política pública distrital para el uso de la bicicleta (...)”, organizada por FUNDEPROSOBOL, que define el objetivo del evento como “llamar la atención de las autoridades en Cartagena en torno a la urgencia y  necesidad de (...)”  políticas públicas de ciclismo, y muy especialmente “para incentivar el uso de la bicicleta como alternativa de transporte viable (...)”.

Estamos de acuerdo con la entidad organizadora, y reiteramos que el ciclismo es una forma económica de estimular la salud pública, física y mental, y que si este y otros deportes tuvieran un apoyo oficial real, con la infraestructura necesaria, le ahorrarían mucho dinero a la ciudad y al país gastado en curar enfermedades que se hubieran prevenido con ejercicio.

Ser peatón o ciclista en Cartagena parece casi un crimen por los riesgos que deben correr ambos ante la barbarie de los conductores de automotores, y para que esté “primero la gente” hay que pasar a la acción a favor de ella.
Cartagena necesita ciclorrutas y áreas peatonales exclusivas cuanto antes.

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