Ningún país puede pretender desarrollarse y por lo mismo darle bienestar a sus habitantes, sin tener buenas vías.
Los paros agrarios de los últimos años, por ejemplo, reclamaron insumos más baratos y asistencia técnica, pero sobre todo, mejores vías.
Los más de 400 mil ganaderos del país, la mayoría pequeños, no pueden sacar sus productos al mercado porque las vías “terciarias” en la mayoría de la nación, especialmente en la Costa Caribe y en las demás periferias, donde habitan la mayoría de los campesinos y ganaderos de pocas reses, no son sino trochas por las que casi ni las mulas -las de cuatro patas- pueden transitar.
En Bolívar se pueden destacar algunos avances en infraestructura vial en la administración de Juan Carlos Gossaín, tales como la importantísima Transversal de los Montes de María, la vía a El Guamo, la carretera de Bayunca a la Vía del Mar, entre varias otras, pero el atraso vial heredado de décadas atrás da vergüenza.
La Transversal, que va de El Carmen de Bolívar a Chinulito, va adelantada y tiene la financiación garantizada gracias a la gestión del gobernador Gossaín y del vicepresidente Vargas Lleras. Esta vía no debe verse como un fin en sí misma, sino como la punta de lanza desde la cual construir desarrollos viales inmediatos que entren al corazón de los Montes de María. O a sus corazones, porque son muchos los pueblos perdidos entre los cerros del área que deben ser desembotellados.
Al oír hablar al “alto” gobierno de la competitividad de Colombia y de las nuevas dobles calzadas para mejorarla, especialmente en vista de los diversos TLC firmados por la nación, se pregunta cualquiera si estas autoridades viven en el mismo país que los demás colombianos.
Para la Costa Caribe y especialmente para Cartagena, la Troncal de Occidente es vital porque nos conecta con Medellín y con el Eje Cafetero, pero esta vía tiene tramos importantes que dan vergüenza y que están peores que cuando fue construida la vía hace muchas décadas.
Esta Troncal no tiene nada de tal cuando atraviesa algunos de los pueblos de Córdoba y de Sucre, donde la usan como calle principal del villorio los peatones y cientos de motociclistas desocupados.
Pero el tramo más vergonzoso está entre Tarazá y Valdivia, y muy especialmente de Puerto Valdivia en adelante, donde la vía deja de ser troncal y parece una trocha terciaria, con grandes fallas que causan bateas y desniveles peligrosísimos para el tráfico automotor. Y como si fuera poco, hubo en este tramo muchos atentados de las Farc hace pocas semanas, ya que esta guerrilla de nuevo se mueve por allí a sus anchas.
El Gobierno debería concentrarse en arreglar esta trocha para convertirla en una vía de verdad, y además, volverla segura otra vez.
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