Una pareja de esposos se citó en el Centro para dar los toques finales a su divorcio. El marido pensaba otra cosa y la asesinó. Días más tarde, en horas de la noche, en el barrio El Pozón, una mujer fue muerta a puñaladas por quien era su expareja.
Al parecer, muchos hombres no resisten la idea de que quien fue su compañera, tenga otra relación. En Cartagena y otras ciudades del país, las estadísticas muestran un preocupante aumento de los casos de violencia contra la mujer, en la mayoría de ellos practicada por sus antiguos cónyuges o parejas sentimentales. Cada día, se realizan marchas y actividades de protesta contra esta práctica que no respeta a los menores, que a menudo son también víctimas.
Los casos se han multiplicado porque las mujeres han replanteado su papel en la sociedad y ya no son las sumisas de antes, que aceptan todo lo que les diga el esposo o compañero sin chistar y porque los hombres están convencidos de que una relación sentimental es como si adquirieran una propiedad. A cada rato, en Medicina Legal se presentan mujeres golpeadas brutalmente por sus esposos, o quienes lo fueron, porque no hicieron lo que ellos querían o querían terminar su vida juntos.
Afortunadamente, el pasado mes de junio, el presidente Santos sancionó una ley que tipifica el asesinato contra mujeres como un delito independiente, con penas que van hasta 41 años de cárcel y castiga duramente los casos de violencia contra mujeres.
“Esta ley consagra el feminicidio como un delito autónomo, para garantizar la investigación y la sanción de los actos violentos contra las mujeres por motivos de género y discriminación. Esto implica un aumento importante de penas para quienes cometan este delito contra las mujeres”, dijo el mandatario durante el acto de sanción en la Casa de Nariño.
La finalidad de la Ley, si se cumple plenamente, busca fortalecer los mecanismos para prevenir la violencia contra la mujer y fue bautizada como “Ley Rosa Elvira Cely” en honor de una de las víctimas, que fue brutalmente golpeada y asesinada en el Parque Nacional de la Capital de la República. La principal modificación que tiene la Ley es que considera el asesinato de una mujer por motivos de género como un feminicidio, que se juzga en forma independiente y se concentra en su compañero sentimental si este tuvo que ver. Castiga duramente de esa manera a quien está cerca de ella, “y ejerza sobre el cuerpo y la vida de la mujer actos de instrumentalización de género o sexual, o cometa el delito aprovechando relaciones de poder ejercidas sobre la mujer para generar terror o humillación”.
Para que esto sirva realmente como disuasión a quienes pretendan hacer a las mujeres víctimas de la violencia o los malos tratos, debe ser conocida suficientemente por la sociedad y por las autoridades judiciales que deben ser drásticas en aplicarla.
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