El presidente Duque, reunido con alcaldes, gobernadores y parlamentarios de la Costa Caribe, dijo que el Gobierno nacional asumirá el “pasivo pensional de Electricaribe a largo plazo, por $1,2 billones” y así protegerá a trabajadores y extrabajadores de la empresa, mejorará sus finanzas y la hará “más atractiva para futuros inversionistas”. Bajo este esquema, la empresa “triplicará el mantenimiento de su infraestructura eléctrica”.
Duque anunció que “redireccionará” la manera de buscar el nuevo operador de Electricaribe para que haya más oferentes, por lo que podría segmentar el mercado de 2,6 millones de usuarios, que son el 23 % de la demanda del país, en dos o más partes para tener un nuevo operador antes de que acabe 2019.
Mientras tanto, Electricaribe invertirá entre 500 mil millones y 700 mil millones de pesos para mejorar sus redes y demás infraestructura, que está deteriorada por la casi nula inversión en los años recientes.
La mora de las entidades territoriales tendrá que terminarse no solo para que Electricaribe no tenga una cartera morosa, sino para que las escuelas, hospitales y acueductos puedan funcionar. Las autoridades de control deberían analizar bien cómo es el gasto en los pueblos y veredas de manera que no haya despilfarro ni corrupción, ni tampoco imprevisión. Se ha hablado mucho de la “cultura del no pago”, la que se podría entender más entre las personas de muy escasos recursos, pero que es imperdonable para las alcaldías de las ciudades y pueblos de la Costa Caribe.
El Gobierno anunció también que se mantendrá la intervención de la empresa por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios (SSPD) hasta que aparezca un nuevo operador.
“La SSPD gestionará con el agente interventor la consecución de recursos en el sistema financiero y la compra de energía a los generadores del mercado”.
Esperemos que el presidente Duque y el “bloque” parlamentario de la Costa Caribe pueda darle una dinámica adecuada a esta iniciativa para salir del apagón cuasipermanente de la región, especialmente de sus áreas rurales. Ahora, si medio sopla brisa fuera de los perímetros urbanos, el área rural se queda sin energía, al igual que buena parte de los barrios más precarios de las grandes ciudades. No es culpa ni negligencia de los funcionarios que trabajan en la compañía, sino de la imprevisión de los expropietarios.
La energía permanente en todas partes es una precondición para la equidad que propone lograr el presidente Duque durante su gestión, y cuando 23 % de los colombianos, que además son los que más consumen energía por las temperaturas elevadas del litoral Caribe, no tienen esta energía, no solo no puede haber equidad frente al interior del país, sino que también hay inequidad entre los centros urbanos pudientes y los barrios subnormales y áreas rurales.
También es obvio que la energía eléctrica buena y permanente es indispensable para la competitividad y para crear empleo formal.
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