Repetidamente hemos asimilado aquí al Centro Histórico de Cartagena a la caja registradora del turismo local, y por lo mismo, atractivo del que nace la mayor parte de los empleos formales de la ciudad.
También hemos recalcado que el Centro está abandonado e informalizado, que huele mal, que está sucio en muchas partes y con mucha frecuencia, que los vendedores informales siguen acosando al turismo, y que el Centro necesita una administración permanente, con capacidad de gestión y no meramente simbólica, para que trate de eliminar todas las anomalías que lo están destruyendo poco a poco.
También hemos dicho con frecuencia lo que saben muy bien el sector turístico y algunos funcionarios: que es muy difícil posicionar el destino, pero muy fácil verlo derrumbarse en poco tiempo. Los detalles no se pueden descuidar porque nadie está obligado a venir a Cartagena “por su linda cara”, como parecen creer algunos. Sin los empleos formales del turismo, la situación social de Cartagena sería aún peor, cosa difícil de imaginar. Esta industria no es una frivolidad, sino un activo muy importante de la ciudad.
Nada de lo escrito antes es novedoso ni original de este medio, sino que es compartido por mucha gente y preocupa a la mayoría de la industria del turismo.
Desafortunadamente, ya se comienzan a ver muestras de ese desprestigio del destino, que si bien puede comenzar como un grano de arena, podría convertirse en un alud si no se paran de inmediato las anomalías.
Unos visitantes de Cartagena acaban de utilizar la página más importante del mundo de “experiencias de viaje”, Trip Advisor, para quejarse de la situación del Centro. La titularon “Mal mantenida, pero con grandes hoteles y restaurantes”. Dice la opinión que aunque hay gran valor histórico, “es una vergüenza que esté tan mal mantenida”. Habla de los malos olores y se los atribuye ‘aparentemente’ a un mal alcantarillado, y dice que “Hay demasiados vendedores callejeros ofreciendo casi las mismas cosas y muchos son demasiado agresivos (dos de ellos hasta le tocaron el hombro a mi esposo tratando de ganar su atención)”.
La opinión de los viajeros no descalifica a Cartagena, pero nos baja el puntaje mucho y debería ser una alarma para los cartageneros, especialmente para sus autoridades:
“En general” -dice la comentarista- “nuestro viaje a Cartagena ha sido muy bueno. Pero si debo comparar a Cartagena con una ciudad similar como el Viejo San Juan, en Puerto Rico, escogería a PR. El viejo San Juan es hermoso, bien mantenido y limpio”. Y hay mucho para aprender de turismo monumental allí, diríamos nosotros.
La hedentina, la porquería, el desorden y la informalidad no son atractivos autóctonos, como parecen creer algunos, sino puntos serios en contra con los que se sigue el proceso de matar la gallina de los huevos de oro.
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