Editorial


Mercurio en la bahía

EDITORIAL

12 de junio de 2016 12:00 AM

La contaminación por mercurio en la bahía de Cartagena es una realidad inocultable, especialmente la que viene de las épocas de Alcalis de Colombia y su planta de Mamonal, donde se producía sal refinada, carbonato y soda cáustica. Una contaminación como esta no desaparece, aunque pueda estar “dormida” en el fondo esperando que alguien la despierte con un dragado. Es el caso principalmente de la orilla de la bahía de Cartagena, en Mamonal, donde quedaba esta planta.

La otra  fuente de contaminación que sobrevive hasta hoy es la que nace de la minería ilegal en el sur de Bolívar y en Antioquia, que baja por el río Magdalena y sale por el canal del Dique a la bahía de Cartagena, y sobre la que hemos alertado en este espacio varias veces con motivo de la pesca permanente e inconveniente en este cuerpo de agua, acerca de la cual las autoridades no hacen nada. También es probable que haya otras fuentes de mercurio que le entren a la bahía en pequeñas cantidades.

Dice Wikipedia del mercurio: “Los efectos tóxicos incluyen daños al cerebro, los riñones y los pulmones. El envenenamiento por mercurio puede provocar varias enfermedades, incluyendo acrodinia (enfermedad rosada), el síndrome de Hunter-Russell, y la enfermedad de Minamata. (...)”, y añade que “El metilmercurio es la principal fuente de mercurio orgánico para todos los individuos”. Y que “Son especies de peces grandes y predadoras como el atún o el pez espada, los que suelen tener niveles más altos de mercurio y generan mayor preocupación que las especies más pequeñas”. 

Y advierte esta página web del peligro de este químico para las mujeres embarazadas y sus futuros hijos. Es decir, los efectos adversos del mercurio no pueden ser subestimados ni ocultados.

Pero de allí a afirmar, sin datos científicos válidos y actualizados en la mano, producto de estudios puntuales y recientes, que el dragado del canal de acceso a Bocachica disparó el mercurio en las aguas de la bahía es un exabrupto, sobre todo cuando hay estudios hechos antes, durante y después del dragado, que según sus ejecutores, demuestran lo contrario. Hay que verlos.

Es irresponsable con la ciudad y con sus habitantes que opinen pseudo científicos a diestra y siniestra sin fundamento acerca del mercurio en la bahía de Cartagena. Los ciudadanos debemos exigir datos científicos precisos de los organismos competentes y no aceptar opiniones y medias verdades diseñadas para jugar con los miedos de la población y para pescar en río revuelto.

Es en todo caso indispensable serenarse, dejar el sensacionalismo con un problema tan serio, y consultar a las distintas entidades que tienen datos para ver qué está ocurriendo, y qué más se puede y debe hacer para saber con exactitud la verdad de la contaminación por mercurio en la bahía, y cómo proceder ante ella donde la hay.

 

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