Son varios los incidentes viales que en las últimas semanas han causado conmoción en la ciudad. Y ello debería obligarnos pensar en los deberes de todos en las vías y en las necesidades de la ciudad en la apuesta por crear conciencia ciudadana y seguridad vial.
Hace diez días, veíamos la muerte de una estudiante del Sena que murió al ser arrollada por una ambulancia en la avenida Pedro de Heredia, en el carril del solobús. Las autoridades locales señalaron que cuando ocurrió el incidente, la víctima cruzaba por una zona indebida, estando una cebra muy cerca de ese punto. Y ya el 15 de agosto un caso muy similar había ocurrido. Una mujer fue arrollada por una ambulancia en la misma avenida, en Los Alpes, también en el carril del solobús. De la misma forma, las autoridades indicaron que la víctima cruzaba por una zona indebida. Y es que esta situación la vemos a diario en esa zona, donde peatones exponen sus vidas por no gastarse unos segundos más caminado hasta una cebra, para cruzar de forma segura.
Lo mismo pasa en Bazurto, donde pese a las existencia de al menos tres cebras que están a pocos metros de distancia, algunos comerciantes, habitantes de calle y personas que llegan a hacer sus compras en la zona comercial, se exponen haciendo cruces indebidos, e incluso caminando por el carril exclusivo de Transcaribe.
También es frecuente que personas en bicicletas transiten por este carril. La situación en la arteria vial principal de la ciudad es la misma en el Pie de La Popa, donde milagrosamente no han sido arrollados peatones con consecuencias fatales. Y la problemática no solo ocurre en la zona urbana.
Según informes de la seccional de Tránsito y Transporte de la Policía Metropolitana, en vías como La Cordialidad y la variante de Mamonal a Turbaco, 10 peatones fueron arrollados por vehículos el año pasado, y 4 de ellos murieron. Mientras tanto, este año, han sido arrollados 14 y en 8 de los casos hubo consecuencias fatales.
Y es que si bien hay que exigirles a los conductores que tomen más precauciones y moderen la velocidad, mayor debería ser el cuidado de los peatones, porque son los que peores consecuencias sufren. ¿Por qué arriesgar la vida por no caminar hacia un punto seguro donde poder cruzar?
Y ese llamado a la conciencia debe ser apoyado por las autoridades. No hay que desconocer que hay procesos educativos para ello, pero en los puntos más problemáticos deberían hacerse más campañas, que refuercen el uso de las cebras y de los puntos seguros para cruzar. Tampoco deben dejar pasar tanto tiempo para pintar una cebra.
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