Editorial


Playa Blanca comienza a respirar mejor

EDITORIAL

29 de marzo de 2017 12:00 AM

El lunes pasado la alcaldesa encargada de la Localidad 1, Yolanda Wong, lideró la demolición de un kiosco en Playa Blanca construido en bajamar, ordenada por el alcalde de Cartagena, Manuel Vicente Duque, luego de surtir todos los trámites legales en el sitio ante muchos testigos y con la asistencia de todas las entidades involucradas, además de tener el respaldo de una cantidad suficiente de policías.

Para Playa Blanca, sujeta a una depredación sin precedentes, esta es una noticia excelente, ya que ahora se puede esperar que este lugar emblemático de la ecología de Barú pueda comenzar a recuperarse una vez se hagan todas las demoliciones, que estimaron las autoridades serán entre 200 y 250. La infracción en el caso de la edificación demolida no solo fue que la construyeron en bajamar, sino que utilizaron materiales prohibidos, como los mangles rojos, en serio peligro de extinción precisamente por la tala masiva y permanente.

Esta madera se empleó mucho en la construcción tradicional de este área del Caribe colombiano, ya que es larga y derecha, y una vez cortada en la fase indicada de la luna, se suele meter en agua salada unos días hasta ‘ahogarla’, lo que le da mayor durabilidad. Ahora, sin embargo, hay madera industrial inmunizada que reemplaza estas especies nativas en vías de extinción.

Playa Blanca es un tesoro de la naturaleza que debe ser restaurado a su estado original, y cuya carga de turistas debe ser estrictamente reglamentada para que no le sigan haciendo daño con sus basuras y desechos humanos. El mejor negocio para los habitantes de Barú no es acabar con su patrimonio natural, sino preservarlo para ellos y para las futuras generaciones, de manera que siempre esté en buen estado para “venderlo” repetidamente y sin hacerle daño, no a un turismo demasiado numeroso y destructivo, sino a visitantes que lo aprecien y cuiden y que no lo saturen de ninguna manera. De seguir como va, Playa Blanca moriría en muy poco tiempo, así que es oportuna la intervención de la Alcaldía de la Localidad 1, que promete seguir con este proceso de recuperar el área de bajamar invadida.

También es indispensable fijar áreas para anclar embarcaciones en donde el fondo sea solo de arena, y no donde haya corales o donde se puedan comenzar a restaurar con transplantes de los sobrevivientes del arrecife del Varadero, que algo tienen de selección natural para haber sobrevivido allí a pesar de las adversidades ocasionadas por las descargas de sedimentos del canal del Dique y por el flujo de otros contaminantes de esa corriente y de algunas industrias de la bahía.

Restaurar Playa Blanca implica hacer un estudio de carga y obedecerlo, restaurar el desove de las tortugas en sus playas, proteger Playetas de la tala, controlar las basuras, entre muchas otras cosas, pero alienta ver que ya hubo un buen comienzo para esta restauración. 

 

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