Las mismas redes sociales que usaron los del Eln para anunciar el paro armado que empezó desde el 10 de febrero y finalizaría hoy, han sido la herramienta de muchos ciudadanos que, sin responsabilidad, aumentan la incertidumbre y en ocasiones, el terror.
Las cadenas falsas, principalmente por Whatsapp, se reprodujeron con más fuerza y descontrol desde el reprochable ataque de este grupo guerrillero a una estación de Policía en Barranquilla, donde murieron 6 uniformados y otros 40 quedaron heridos.
En un abrir y cerrar de ojos llegaron a miles de celulares no solo la cruda imagen de los caídos, sino también las hipótesis sin fundamento, con voces falsas que conjeturaban desde quiénes fueron los responsables, hasta supuestas explosiones en otros puntos de la ciudad.
Lo peor, pese a que las autoridades las desmentían y los medios de comunicación pedían calma, parecían tener más fuerza las mentiras que se reenviaban y se expandían como candela.
No hay que desconocer que ante cualquier ataque debemos, como sociedad, estar alertas, pero caer en el juego de propagar mentiras o conjeturas es un punto a favor para los terroristas.
Los ataques como los que hace el Eln en estos días (y siempre) son condenables desde todo punto de vista, y si esa es su idea para que el Gobierno nacional vuelva a la mesa de diálogo en Quito, está equivocado.
Es válido que la ciudadanía se involucre con críticas a favor o en contra de cada paso que se dé para buscar el fin de una guerra, pero no mediante la desinformación a través de un aparato electrónico.
Recientemente, la Policía Metropolitana de Cartagena atendió dos alertas conocidas por redes sociales, una en Mamonal y otra en Ceballos, donde acordonaron la zona ante posibles artefactos explosivos. En ambas partes la Institución descartó cualquier amenaza y pidió “por favor contribuir con desmentir esta falsa información”.
Preocupa, primero, que la Policía tenga que enterarse por redes sociales de una situación que pueda generar riesgo; segundo, que mientras se investiga, ya estén rodando mensajes en los que alguien, muy alejado de la escena, confirma y le adjunta detalles a un hecho incierto que genera pánico en toda la ciudad.
Las autoridades descartaron que esté el Eln en Cartagena, pero esto no significa que no debemos estar alerta, y sin duda, la Policía estará atenta a las llamadas sobre cualquier sospecha, pero al compartir noticias, si son falsas, la tarea será más difícil, pese a que instituciones o medios de comunicación las desmintamos.
El periodista Craig Silverman escribió acerca del rigor periodístico: “Si tu madre te dice que te ama, verifícalo”. Todos los ciudadanos deberíamos seguir ese consejo.
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